Todo estaba dispuesto para que la excongresista Aída Merlano prosiguiera este jueves 13 de abril su audiencia ante la Corte Suprema de Justicia. La expectativa estaba en su punto más alto porque en la primera diligencia a la que asistió poco después de haber sido deportada de Venezuela anunció que pasaría de las palabras a las pruebas y demostraría cómo las casas políticas más importantes de la Costa Caribe se han lucrado de la corrupción. Sin embargo, en vísperas de la crucial audiencia hizo llegar a una incapacidad y pidió su reprogramación.
Coincidencialmente, el senador Arturo Char –uno de los principales “objetivos” del contraataque de la excongresista, ha conseguido tres aplazamientos de su indagatoria. Ahora los dos parecen estar esperando que el otro destape sus cartas primero.
Los magistrados ya les advirtieron a los defensores de ambos que no permitirán dilaciones ni excusas que no estén estrictamente respaldadas por causas de fuerza mayor debidamente sustentadas.
Las pruebas que pueda presentar Merlano serán importantes en los procesos de ambos, donde el objetivo es el esclarecimiento pleno de un fenómeno masivo de compra de votos y otras prácticas de corrupción al elector durante las elecciones parlamentarias de 2018.
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