Yo no le puedo creer nada a Aida Merlano. No le creo porque es una delincuente que está condenada por comprar votos, una pena de 15 años. Todos sabemos sobre sus maneras de hacer política. Yo no le puedo creer nada a la Merlano sobre todo si esa versión la da justamente en Venezuela, ese paraíso comunista en donde le ponen cachos y cuernos al presidente Alvaro Uribe. Está claro que Maduro ha diseñado un libreto para que Merlano recite e intente hundir la democracia más estable de América. Es penoso lo que vimos hoy, ¿quién puede creerle a Merlano? ¿Petro? Eso de que ella no se voló sino que la secuestraron es de las cosas más enrevesadas que he podido escuchar en mi vida. Y sin embargo ahí están los mismos odiadores de siempre mostrando estas declaraciones como un trofeo, como la prueba irrefutable que Uribe es el villano mayor y debe ir preso.
Basta ya de la calumnia. Lo realmente escandaloso es que los medios se presten de altoparlantes de esta mujer que no ha dicho la verdad nunca. Eso de que la violaron y sus captores le permitieron fugarse suena a cuento chino.
Habrá que ver cómo se desarrollan las cosas en los próximos días. Con su sensualidad galopante lo más seguro es que Aida convenza a los odiosos jefes del régimen venezolano, sus rabiosos cancerberos. Ellos juran ahora que la democracia en Colombia vive sus momentos finales pero esto no pasará. De más está decir que sus declaraciones no tendrán ningún peso internacional. Ahora menos que hasta Donald Trump, el hombre más poderoso de la tierra, le da trato de honor y lo reconoce como único presidente de Venezuela. Mamertos, lo siento mucho pero la verdad estará siempre del lado e Uribe ´Vélez