Cómo da vueltas la vida: Aída Merlano pasó de ser una protegida de Julio Gerlein a ser una protegida de Maduro y Diosdado. Mejor dicho, de conservadora y ficha de un oligarca a bolivariana chavista y alfil de una dictadura socialistoide. Su escape a Venezuela no fue al azar ni llegó allá porque sí, pues circula el rumor de que la captura en Venezuela de Aída Merlano no fue otra cosa que una estrategia bien pensada de la ex senadora, en la cual el gobierno de Maduro haría parte activa de la treta. Como no fue posible jurídicamente evitar el carcelazo, y la sentencia, estaba sobre su espalda y sin poder disfrutar la bondadosa medida judicial de casa-por-cárcel, a Aida Merlano se le prendieron las luces mientras meditaba en el Buen Pastor. Su indiscutible inteligencia, que no solo sirve para la compra de votos, sino para para armar la más perfecta coartada, se le ocurrió la temeraria idea de irse para Venezuela a sabiendas de que la extradición a Colombia no sería racatan punchichina el gallo sube, sino un proceso lento que podría terminar en las mismas condiciones que terminó el caso de Rafael García, ex jefe de sistemas del DAS, quien pidió asilo a Chávez y éste se lo concedió en un momento en que las relaciones con Uribe no pasaban por un buen momento.
Ahora Maduro y su Ministro del Interior sacan pecho diciendo que “tras arduas investigaciones realizadas por nuestros funcionarios de la Fuerza Especial de la Policía, fue detenida la ex senadora Aída Merlano en el sector El Milagro de la ciudad de Maracaibo, estado Zulia”. Carreta. Esas “fuerzas especiales” de que se ufana Maduro no sirven ni para capturar un ladrón de pollos, pues en 15 años que lleva el ELN y las FARC allá se han hecho los de la vista gorda.
Así pues, que la captura de Aída Merlano no fue propiamente eso, sino un hecho concertado con la ex senadora quien se dejó capturar para pagar favor por favor. Tú te llevas la gloria de ser un gran investigador y sabueso, y yo me quedo en Venezuela como están y otros pelafustanes más.