Aída Merlano formula una serie de graves acusaciones contra el actual presidente de Colombia, así como contra varios personajes reconocidos del país, como el ex fiscal general Néstor Humberto Martínez y el excandidato presidencial Germán Vargas Lleras. Así mismo, señala a las familias Char y Gerlein, reconocidas por su poder político y económico en el departamento del Atlántico.
Merlano, fue representante a la cámara de 2014 a 2018 por el partido Conservador. Sin embargo, mientras participaba en las elecciones para el Senado, en las cuales quedó elegida, fue detenida en Barranquilla acusada de varios delitos, entre ellos, de fraude electoral, el único que ha reconocido públicamente. Posteriormente, Merlano fue condenada a quince años de prisión. Sin embargo, en octubre del año pasado, se evadió de un consultorio odontológico en el norte de Bogotá.
Con su escape, quienes aparentemente fueron sus cómplices, es decir, los Gerlein y Char, con investigaciones en vilo por su relación política con la excongresista costeña, parecieron respirar aliviados, ya que Merlano, se sospechaba, tenía información de primera mano sobre detalles claves en la extensa tradición de fraude electoral en la costa caribe. Tras meses de silencio sobre su paradero, el pasado 27 de enero fue detenida en Venezuela acusada de haber ingresado al país de manera irregular. Tras su arresto en Maracaibo, el gobierno de Colombia procedió a solicitar su extradición a Juan Guaidó, lo que no puede ser otra cosa que una estrategia improvisada a última hora para entorpecer su regreso al país, pues, es evidente que la expolítica conservadora le resulta inconveniente al presidente Duque, ya que su Casa de Nariño y el partido Cambio Radical, muy cercano a los clanes a quienes Merlano ha mencionado, acaban de aliarse para darle aire al gobierno en su torpe camino hacia la gobernabilidad.
Desde Venezuela, Merlano ha dado contundentes declaraciones sobre los vínculos de corrupción en la costa Caribe, los cuales, según ha manifestado no se limitan a temas electorales. Así mismo, la expolítica conservadora, ha referido que el presidente Duque estuvo al tanto de que su campaña fue beneficiada con compra de votos. De igual forma, indicó que quienes financiaron su fuga, fueron sus antiguos socios, los Char y los Gerlein, a quienes también señala de querer eliminarla posteriormente. En otro apartado de la extensa entrevista que concedió en Caracas a la revista Semana, la excongresista conservadora relata algunas de las cifras que sus antiguos socios invirtieron en diversas campañas políticas.
Sin duda, todas estas acusaciones, deben ser, por lo menos investigadas, para determinar el alcance de las mismas y comprobar o desestimar de manera seria y rigurosa su veracidad, esto debido a que el testimonio de Merlano pone en entredicho, entre otras cosas, la legitimidad de la elección del presidente de la República.
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Merlano pone en entredicho, entre otras cosas, la legitimidad de la elección del presidente de la República
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Por otra parte, el alcance de su testimonio pone en entredicho la legalidad e imparcialidad del ejercicio electoral en la región Caribe en las últimas décadas, así como lo que ello ha podido implicar para esa región y el país. Por ello, estas delicadas acusaciones no pueden ser desestimadas o invisibilizadas como ha tratado de suceder hasta el momento, no solo por parte de los implicados, a quienes la justicia debería por lo menos cuestionar sobre las acusaciones proferidas en su contra, sino también por parte de los medios, quienes, han enfocado el tema con un sesgo que busca generar dudas sobre lo señalado por la expolítica conservadora.
Así lo hizo la misma revista que realizó la entrevista, en el aparte donde se resumían las acusaciones, la redacción es cuidadosa en omitir a qué campaña presidencial hace alusión la expolítica conservadora. “la excongresista señaló al entonces candidato de tener pleno conocimiento de que en la costa Atlántica se estaban comprando votos para favorecer su aspiración a la Casa de Nariño”, nótese como quien escribe para el portal de Semana.com trata de encriptar la información, omitiendo deliberadamente que se refiere al actual presidente de Colombia, Iván Duque Márquez. En otros medios, como El Tiempo o El Espectador la noticia no parece haber generado interés en sus editores, lo que resulta inquietante y pone de manifiesto que la crisis en el periodismo colombiano es más profunda que una periodista insultando a otro.
Por lo anterior, parece poco probable que los entes de control den seguimiento a las graves acusaciones de la excongresista, esto debido a dos factores. Primero, porque quienes son nombrados ostentan demasiado poder, lo que les permite manejar el tema a su antojo y sin preocuparse por las consecuencias, y segundo, porque, gracias a su influencia controlan la prensa, como se indica antes.
Así entonces, los señalados, se limitan a desechar el testimonio de Merlano bajo el rótulo simple de ser calumnioso. Este gesto, además de pretender deslegitimar lo dicho por ella, puede ser también, para quien sepa escuchar, una orden, una advertencia que deberá ser acatada, si se quieren evitar consecuencias.