Se trata de responder con acierto a la estrategia de la oposición. De acuerdo a las primeras declaraciones de algunos de sus principales representantes, van a ir con todo por el gobierno. Se preparan para impulsar el referendo revocatorio contra el gobierno de Nicolás Maduro.
Sin embargo, parece que primero van a jugar varias cartas tácticas:
- Aceptarán el diálogo, pero llegarán con varias propuestas "duras"; es decir, van por nuevas victorias.
- Paralelamente, empezarán a preparar su campaña revocatoria.
Entre las propuestas que presentarán la principal es la liberación de los presos políticos. Dicha propuesta, ellos lo saben, el Gobierno no la puede ni siquiera recibir. La 'separación de poderes' le impide al gobierno cualquier tipo de acción en ese terreno, dado que quedaría en evidencia que la fuerza bolivariana controla los demás poderes.
También plantearán propuestas económicas 'suaves' (más demagógicas que reales, ya que ellos no tienen soluciones a corto plazo), pero de difícil implementación como reformar el control cambiario, entre otras. A la oposición no le interesa ayudar a resolver, en corto corto plazo, la crisis económica y de desabastecimiento mientras esto esté destruyendo al Gobierno.
Como el gobierno no tiene mayor margen de acción, una vez Maduro supere la mitad de su mandato impulsarán, con toda decisión, la revocatoria de su mandato.
Ese es el verdadero reto. Desgraciadamente no se ve en la dirigencia bolivariana la capacidad política para hacer un viraje sustancial.
Si ceden mucho, muestran debilidad y los mismos "chavistas" se les apartarán. Si no ceden, la dinámica opositora seguirá creciendo. La política de "amenazar" o de "cautivar” con prebendas, dádivas y subsidios, mostró en esta elección que no fueron ni suficientes ni correctas para evitar la “disipación de energía”.
De acuerdo a las cifras conocidas, lo determinante en el resultado fue que los “ni-ni” se decidieron por el voto castigo. Además, la derrota hubiera podido ser más grande. En algunos Estados, como en Táchira, la oposición se dividió y ello facilitó el triunfo del candidato chavista.
Ojalá surja un bloque de dirigentes revolucionarios que superen lo que existe y muestren una nueva ruta, por lo menos para más adelante. Ahora –en lo inmediato–, viene lo más duro.
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