Desde el pasado mes de septiembre cuando en la Comisión Especial de Ordenamiento Territorial del Senado de la República se dio concepto favorable a la intención de los gobernadores de los departamentos del Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, La Guajira, Magdalena, Sucre y el Archipiélago de San Andrés de constituirse en una región administrativa y de planificación (RAP) crece la expectativa de los ciudadanos por conocer en qué consiste este mecanismo de integración regional y cómo la RAP Caribe podrá servir para superar los problemas que afronta la gente del norte de Colombia.
Una región administrativa y de planificación (RAP) es la integración de dos o más departamentos que se unen para consolidar y alcanzar el desarrollo económico y social de todos los habitantes del respectivo territorio. Para el caso de la RAP Caribe esta constituye la confluencia de 197 municipios en 8 departamentos, que según proyecciones del DANE para este año, está habitada por más de 10.727.122 habitantes, correspondiente al 21,76 % de la población total del país.
La constitución de la RAP es un paso grandísimo en el proceso de regionalización del Caribe. Ha tenido el impulso de hombres de la talla de Eduardo Verano de la Rosa, hoy gobernador del departamento del Atlántico, quien ha dedicado buena parte de su vida pública a trabajar por un país de regiones y a quien vale la pena hacer hoy un reconocimiento. Él en el año 2010 promovió el VOTO CARIBE, una papeleta simbólica que en las elecciones de ese año mas de 2.500.000 electores la depositaron en apoyo a la constitución de la región Caribe como entidad territorial y autónoma para el desarrollo económico y social.
La región administrativa y de planificación Caribe según el manifiesto de voluntades firmado por los gobernadores pretende coadyuvar al cierre de brechas socioeconómicas y trabajar ejes como superación de la pobreza, infraestructura de transportes y servicios públicos, soberanía y seguridad alimentaria , competitividad y desarrollo económico sostenible, buen gobierno, recuperación y preservación de ecosistemas, entre otros.
Es precisamente el tema de superación de la pobreza el que considero debe ser el eje principal de trabajo de la RAP Caribe. Para nadie es un secreto todas las desigualdades sociales y económicas que padecen buena parte de los ciudadanos del Caribe. Por eso hablar de una región que crezca económicamente y se desarrolle no va a ser posible si en la Guajira los niños se mueren a causa de desnutrición, si los jóvenes en Sucre no tienen acceso a la educación, si en Córdoba la corrupción acaba con los recursos para la atención en salud, entre otros males que hoy afrontan los caribeños.
El próximo 19 de octubre en la ciudad de Barranquilla los gobernadores del Caribe se darán cita para suscribir la constitución formal de la RAP, una vez surtidos los trámites en las distintas asambleas departamentales y en la Comisión de Ordenamiento Territorial del Senado, tal como lo establece la ley. La expectativa es grande, pero lo que en realidad esperamos los ciudadanos del caribe colombiano es que ese cuento de la RAP no quede en el mero protocolo, en la mera ceremonia, en el mero papel, sino que se convierta en la punta de lanza para que en unos años el panorama que hoy enfrentamos en esta parte de Colombia sea otro, sea distinto, sea esperanzador y lleno de oportunidades para todos.
La cita del próximo jueves en Barranquilla podría convertirse en el inicio de una nueva era para la región Caribe. Ahora sí podríamos estar hablando de un proceso de regionalización firme y en marcha que permita superar uno de los males más grandes que afronta nuestra gente: la pobreza.