Por: Mateo Duarte del Castillo
Llega a su fin la multipremiada serie de Amazon Prime creada por Amy Sherman- Palladino (7 Emmys, 1 Globo de oro) después de 5 entrañables temporadas, es una serie insigne de la llamada “edad de oro de la TV”. Impecablemente producida y ambientada en los años 50 -que si no la han visto- narra la vida de una ama de casa que se convierte en comediante de stand-up y su tormentosa vida personal, aun así la hermosísima actriz Rachel Brosnahan nunca deja que su personaje se derrumbe, rara vez deja caer sobre su piel de porcelana una lágrima, la frase “tits up” tetas arriba, que pronuncia en coro con su manager antes de cualquier presentación es empoderamiento femenino, es una aspirante a comediante en un mundo predominantemente machista, la tremenda escritura del guion arriesga que casi toda la serie gire sobre Maisel y su manager, afortunadamente la química entre las dos es absoluta, y acá me permito profundizar un poco sobre los diálogos, es como ver fuegos artificiales: Son chispeantes, no dan respiro, es un gag tras otro son un poco Woody Allen,(los padres de Maisel son Judíos) son un poco Scorssese, son coloridos e ingeniosos, profundos y a la vez hilarantes. Una absoluta maravilla.
Y además mientras leemos los subtítulos (por favor dejen la bendita pereza de leer, y no la vean doblada al español) pasan muchas cosas, los personajes no están estáticos hablando como cotorras, se están vistiendo, jugando, comiendo, cocinando, etc. A veces las escenas pueden ser un poco abrumadoras de tantas cosas ocurriendo al mismo tiempo y en mi caso de puro nerd, pauso la reproducción para disfrutar detalles como por ejemplo la exquisita paleta de colores a cargo de la dirección de arte: La taza morada, el vestido verde, la cortina azul, el tapizado pastel de las paredes y todo perfectamente compuesto en el encuadre y/o posición de la cámara, es cine ni más ni menos. Hay una escena en especial de Midge en una tormenta de nieve en la noche en la ciudad donde todo es gris, los edificios, la nieve se ve gris también, y ella con un vestido rojo y una sombrilla también del mismo color luchando contra el viento, resalta la composición en clave baja de la fotografía (una gran zona oscura con un punto iluminado) es un goce visual. Si usan pantallas verdes y fondos digitales (cosa que dudo) es muy poco, esto es muy loable y contrarresta la ya audiencia gringa cada vez más infantilizada (Mario Bros) y Marvelizada (la última de Ant-Man es desesperante en ese aspecto). Es una “comedia intelectual” para adultos con cierto nivel educativo y por ende con más comprensión en los diálogos y referencias de la cultura popular gringa un poco ajenas a veces.
A lo largo de las temporadas Midge pasa por varios trabajos (telonera de un cantante famoso, guionista de un talk show etc) cada trabajo es un mundo diferente, nuevos personajes, nuevas relaciones, nuevos escenarios, se toman el tiempo de mostrarnos a Mrs Maisel tratando de encajar, de hacerse un nombre, de luchar contra estereotipos, y además de ser madre y amante.
Para no spoilear más, en los últimos capítulos aparece la mafia y los desplazamientos de cámara, -paneos veloces al ritmo de los diálogos-, son un homenaje todo el tiempo a Scorssese, bares a media luz abarrotados de gente con hombres obesos bebiendo sendos vasos de Alcohol, y amenazando directamente a la manager de la protagonista: “Tú y tu comediante me pertenecen”. Es Good Fellas¡¡
Obviamente uno se acuerda de Mad Men, es imposible no hacerlo, la elegancia, los peinados, los decorados, pero Marvelous Mrs Maisel es otro tono, es un poco más desquiciada, más neurótica y a fin de cuentas es comedia, Mad men nunca lo fue.
Pero todo lo bueno se acaba, al parecer las historias se cierran como esperamos, no creo que nos decepcionen, pero se acaba una serie que abarca todo lo que se podríamos llamar como Cinematográfica; entrañable y difícil de olvidar. Adiós a Midge.