Ahora Gabo resultó más zipaquireño que los mismos zipaquireños

Ahora Gabo resultó más zipaquireño que los mismos zipaquireños

"Con la inauguración de un museo en honor al Nobel se está creando un culto sin fundamento alrededor del paso del escritor por el municipio cundinamarqués"

Por: Edgar Optimio Sánchez
julio 24, 2019
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Ahora Gabo resultó más zipaquireño que los mismos zipaquireños
Foto: Gorup de Besanez - CC BY-SA 4.0

Escribo esta nota no con el objetivo de criticar de manera ramplona la inauguración del El colegio de Gabo en Zipaquirá, sino para tomar conciencia de que al lado de pretender incentivar el turismo de manera indirecta también se están construyen falsas identidades.

El 18 de julio del presente año se inauguró de manera oficial por parte de la administración actual un museo ubicado en la antigua casona donde estudió García Márquez el bachillerato, que para ese entonces era el reconocido Liceo Nacional de Varones. Esto con el firme propósito de promover el turismo que se encuentra atornillado en la catedral de sal. Esto no tiene nada de malo, pero hay algo con lo que no comulgo y radica en la construcción de unas identidades y personas representativas para el municipio que en realidad no lo son tanto.

Como ciudadano zipaquireño siento que Gabriel García Márquez no es una figura insigne para el municipio y mucho menos considero que esta ciudad haya sido tan determinante para su formación de escritor.

Recordemos que el joven García Márquez se vio obligado a venir a estudiar a estas tierras frías. Es decir, en ningún momento escogió pasar años de su juventud internado en una casa antigua. Partiendo de ahí ya podemos atisbar lo que significó para ese chico venir a un pueblo antagónico para su vida.

Ahora, este culto a García Márquez en Zipaquirá tiene un precursor, es decir, toda esta construcción de memoria es el producto de una investigación que realizó Gustavo Castro Caycedo titulada Gabo: cuatro años de soledad, donde reúne gran cantidad de testimonios de personas que afirman haber conocido al muchacho en aquellos años.

Lo investigación de Castro Caycedo sumada a las memorias escritas por García Márquez y que llevan el título Vivir para contarla contribuyeron a que se sobredimensione por parte de otros la estadía de este muchacho en un pueblo que él mismo describe como frío y gris en la entrevista con su amigo Plinio Apuleyo.

Entonces, lo que quiero denunciar es que al lado de este museo que bautizaron El colegio de Gabo se está tejiendo la memoria e identidad de un muchacho que nunca declaró amar estas tierras, a pesar de que reconoce en sus memorias lo valioso que fue haber conocido algunos maestros y amigos.

Ahora, hay otra cosa para señalar, a partir de frases sueltas sacadas de Vivir para contarla y de Gabo: cuatro años de soledad se busca sobredimensionar el municipio y la influencia que pudo tener en el muchacho. Frases que sin el contexto literario pueden hacer creer que sin Zipaquirá muchos años después no se hubiese ganado el Nobel.

El día de la inauguración de El colegio de Gabo uno de los invitados especiales fue Gustavo Castro Caycedo. Era obvio que estuviera porque a partir de su obra se diseñó el museo. El punto es que este periodista de manera insistente asegura que si no fuera por esta ciudad Márquez no hubiese ganado Nobel, y hasta se atrevió a asegurar en la inauguración que: "en Zipa se pensó y escribió el comienzo de Cien años de soledad".

Cosas como esas son las que me llevan a denunciar que en Zipaquirá se está creando un culto sin fundamento alrededor del paso del joven García Márquez por estas tierras, sumado al hecho de que se pretende dibujar una ciudad determinante para su genio literario; desconociendo otros pasajes de su vida que también son valiosos para la formación literaria y que no tiene nada que ver con el Liceo Nacional de Varones.

Que quede claro una vez más que mi propósito no es descalificar que se impulse el turismo en Zipaquirá y que se mueva más allá de la visita a la Catedral de Sal. Solo quiero señalar que el joven García Márquez no es tan representativo para el municipio como otros artistas de renombre, y que a la ciudad tampoco se le debe el Nobel como lo sugiere la administración actual siguiendo a Castro Caycedo.

En últimas, en Zipaquirá falta que el alcalde le mande hacer una estatua a Gabo para colocarla al lado del controvertido indio Tisquesusa.

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