Desde que salí de Pasto, no había vuelto a tener contacto con el Indio de Cuatís. Grande y alegre fue mi sorpresa cuando recibí vía internet —por fin había llegado la tecnología a Gualmatán— el siguiente escrito del malicioso e irreverente dueño del menos común de los sentidos, el común. Aquí va lo que el Indio califica de apuntes para un sainete.
Desde la embajada de los Estados Unidos, el líder del Comando Sur del Ejército de los Estados Unidos notificó al presidente Duque, al ministro Holmes, a la canciller Blum y a nosotros los colombianos de ruana que por orden del generalísimo führer Trump llegaría a Colombia una misión de la Brigada de Asistencia de Fuerza de Seguridad, conocida como SFAB.
Y según él mismísimo lo dijo, viene con el fin de asesorar al gobierno y las fuerzas militares en tres simplezas: la lucha contra el narcotráfico, el apoyo a la paz regional y el respeto a la soberanía. Mire, que si no lo hubiera oído, no lo hubiera creído. Es para orinarse de la risa, ¿no es cierto Dr. Holmes? Usted siempre anda sacando pecho y alabando a los militares y policías por su “heroica lucha contra el narcotráfico, en defensa de la paz y la soberanía” y vuelve y repite lo mismo cuando justifica la compra de armas y blindados, las arremetidas en contra de las comunidades, líderes y movilizaciones sociales, la aspersión con glifosato, los seguimientos y escuchas ilegales, etc., etc. Una de dos: o todo eso es mentira y cháchara barata o están haciendo mal la tarea y por eso vienen los gringos: a hacer lo que acá no se hace. Con razón Trump dijo de Duque que era “un buen muchacho que no ha hecho nada”.
Para mí que los gringos, con la marihuana legalizada, fumándola como la fuman, vienen para asegurarse de que la coca no deje de producirse, pues todos los millones de sus narices cocaineras protestarían y los bancos depositarios de los dólares del negocio y blanqueadores de los mismos, sino quiebran pierden ganancias. ¿En dónde cree que se guardan los miles y miles de millones de dólares de un negocio tan rentable? “Nusutros venir a vigilar porque Culumbia exportar el 80% de cocaína que necesitamos,” diría el exembajador Brownfield.
“¿Cuál paz, Pascual, vienes a apoyar?”, le pregunta altivo y como un pavo real Londoño Hoyos al comandante Faller. Y este, conocedor como es de quien le habla, le hace señas para que se calle y con las manos hace trizas el aire. Tranquilizado Londoño, le devuelve las señas levantando una pancarta que reza: “Acabemos con Maduro, llevemos la paz de los sepulcros a Venezuela”.
Lo que no he contado todavía es que la notificación de ese comandante se hizo ante un inquieto público de uribistas. Por allí andaba la Paloma repartiendo banderolas de los Estados Unidos y con cierta vergüenza una que otra de Colombia. Un pasacalle que decía “bienvenidos salvadores de la patria”, lo sostenían el enorme oso de Bustamante y el conejo Macías. Y claro, no podía faltar María Fernanda, cabalgada en su acémila rebuznante, enfrentada a un grupo de protestantes rotosos que preguntaban: “¿Y quién los llamó?, ¿quién les dio permiso para que vinieran?”. A lo que ella les contestó: “Ellos no vienen en tránsito, vienen a quedarse y por eso no necesitan permiso, vayan a estudiar vagos.”
En eso apareció el uribista mayor, montado sobre una yegua, a la que aguijoneaba diciéndole: “cállate, cayita, cállate”. En la mano llevaba una taza de tinto que fue a entregar al comandante Faller. “Oh, míster Uribe, le traigo buenas noticias. El expediente del narcotraficante número 82 ya se extravió. Era un caso de respeto y defensa a la soberanía de mi país, que es lo que les venimos a enseñar a sus tropas y a su gobierno. Mas bien dígame, ¿cómo ha hecho para que el coronavirus no lo haya afectado? El presidente Trump me encargó expresamente que se lo preguntara, ahora que esa pandemia y la otra se están metiendo a la casa blanca".
Finalmente, el comandante gringo, al ver que se le acercaba Duque, le dijo "qué bien que haya venido para que hablemos del respeto a la soberanía”. A lo que el juguetón presidente respondió: “¿de qué me hablas viejo?”.