Uno de los momentos que más despierta la necesidad de los augurios para enfrentar el futuro es el 31 de diciembre. La tradición popular ha planteado diversas maneras de procurarse el favor de las deidades para el año que se inicia. Hay muchas formas de despedir el año, tantas como el despidiente de turno lo desee.
El más popular es el de la ropa interior amarilla, pues aseguran sirven para que en el año siguiente llegue el dinero y el amor. Pero ojo, deben ser regalados y no comprados por quien los va a usar.
Billete en la mano. Cuando comiencen a sonar las doce campanadas se debe apretar fuertemente en la mano derecha un billete de alta denominación. Con ello el año siguiente habrá dinero suficiente para suplir las necesidades que se presenten. (Con la situación que tenemos si logramos apretar algunas monedas ya es ganancia).
Las papas. Antes de la media noche se cogen tres papas una se pela totalmente, otra se deja a medio pelar y una no se pela. Se lanzan debajo de la cama y apenas suenen las campanas que anuncian las doce de la noche, con la luz apagada se saca una papa al azar. Dependiendo de la que saque así va a ser el año que empieza.
Las doce uvas. Cuando empiecen a sonar las campanas se inicia el consumo de las uvas y con cada uva que se coma se piensa en un deseo para el año siguiente.
La maleta. Cuando suenen las campanadas de las 12 de la noche, se toma una maleta llena de la mejor ropa y, con toda la fuerza del deseo puesta en viajar al destino de sus sueños, le da a toda carrera una vuelta a la manzana.
Oro en la copa de champaña. Poner un anillo de oro en la copa de la champaña con la que brindará por el nuevo año le asegurará que no falte el dinero el año siguiente.
Paquete de la prosperidad: Haga un paquetico con maíz, chocolate, lentejas, sal y azúcar y guárdelo envuelto en un saquito de color azul.
Para los solterones y las solteronas: pueden sumergirse luego de las 12 campanadas en el río más cercano y, según los practicantes, el próximo año encontrará el amor de su vida.
Muchas otras prácticas se usan para atraer la suerte, el amor, la prosperidad y pedir a las hadas que tengamos un buen año nuevo.
