Los elementos que se nos ponen de presente en la hora de ahora, es, sin duda, de interés superior; miren ustedes los ejemplos al canto, ya lo vimos caminando en la elección presidencial de los Estados Unidos, la situación de la Comunidad Europea y, nosotros: el advenimiento del No.
Y, la verdad es todo punto de profunda reflexión; y, mucha. Qué pasa en el contorno del mundo que aquello que era previsible, talvez ya no lo es; como que lo ordinario, ya no es lo común.
E, insistamos, ¿qué está pasando aguas arriba; ¿el croquis de lo tradicional ha cambiado? No lo sé.
Lo que sí es cierto, es que, los partidos políticos en su base ideológica, que ya no se distingue, ha producido su efecto; da lo mismo cualquiera sea la propuesta o, lo exhibible no reporta, no tiene eco en el común de la gente; en el día a día da igual lo que diga una u otra tendencia o factor de poder; ¿qué vale?; así diga la encuesta otra cosa, la gente piensa lo que piensa, sin referente a lo que opinen, digan o se comprometan los vehículos de poder.
En otros hemisferios de poder, se sigue con el ocupante del poder que, se queda y se queda aferrado en su ejercicio, se apuesta, no a la otra generación, sino la siguiente elección; ¿qué hay en el fondo? ¿Cómo puede ello ocurrir? Y, la democracia, sigue como un factor, un producto de economía, factores de ecuación para contar votos, pero no de elección de posturas y, racionales decisiones.
¿Qué busca la comunidad? Como se dice comúnmente, ¿llevar la contraria?; o los partidos políticos, son los que, dejando la ideología, su espacio, fue ocupado por el poder, por el poder y, la protección del establecimiento. Entonces: volvimos a la época del statu quo. ¿Dejar hacer dejar pasar?; ya lo habíamos vivido: ¿el poder autorreproductivo y, solo eso?
No es creíble. No es el modelo de estado el que se encuentra en juego; supuestamente, está vigente y, lo es como estado social y democrático de derecho; no ha existido reforma constitucional que así lo derogue; es solo, creo, los factores de poder los que lo han vuelto desueto, por lo menos en le mente de la gente; la democracia, no es solo decidir, votar y, ganar o perder; es querer lo que se decida, el cómo se vota y, la forma cómo se verbaliza el sentimiento el ganar o perder.
El concepto, el contenido de democracia,
de democracia participativa,
ha dejado de tener membresía
Entonces el concepto, el contenido de democracia, de democracia participativa, ha dejado de tener membresía: nadie en su aspecto de consideración ahora hace el compromiso de pertenencia.
Sí, señoras y señores, puede ser, puede suceder que sea producto de la crisis de los partidos y movimientos políticos o, de sus directivos, lo que produce el fenómeno silente que estamos comentando; pero puede ser que, vamos a un punto de no retorno que comenzaron y, en buena hora con los movimientos sociales llamados ´las primaveras´, derrocando dictadores o, realizando aperturas a los derechos humanos; y, ahora, la primavera se ofrece como el sol de los venados: parece incendiarse el cielo, romperse el celeste por un rojo encendido que llama a la sequía y, ha producido la desconstrucción de la democracia como tal, en donde da igual cualquier postura pero el fondo es de protesta, casi de ira contra el establecimiento.
¿Qué perversión existe en el establecimiento, si no es la operación constitucional completa que en su actividad por quienes poseen el mandato, la han tergiversado y, la tienen retenida, postrada, con anorexia?
Allí la situación; la postración que produce la operación y, no el establecimiento; se quiere romper con la inactividad dolosa de apertura; la actividad persistente en la retención de poder para fines diversos de los constitucionales, dentro de ello, en el telón de fondo la corrupción se campea cínica con descaro; todas las políticas públicas enérgicas, pero todas ellas en lo inocultable: la corrupción.
La venganza se ha encontrado en la ausencia de la membresía; es un hecho: aguas arriba, cuando se supone todo se maneja a favor y, la verdad, nada se encuentra definido.
