“Aguantamos cada año a nuestro puto presidente”
Opinión

“Aguantamos cada año a nuestro puto presidente”

El pírrico aumento del salario mínimo, el alza del IVA, la venta de Isagén, los acuerdos en la sombra con las Farc, van hacer que la gota derrame el vaso

Por:
enero 22, 2016
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La canción El Aguante de Calle 13, nos cae como anillo al dedo a los colombianos, eso de que “aguantamos el salario mínimo y el desempleo” además que “aguantamos cada año a nuestro puto presidente”, son verdades irrefutables por más que queramos tapar el sol con un dedo.

Y es que Santos nos está sacando la piedra. Todos los atropellos que hemos tenido que soportar durante su gobierno, pero sobre todo en los últimos meses está llegando a su límite, —aunque para llegar al límite del colombiano se necesita de mucho—, el pírrico aumento del salario mínimo, el alza del IVA, la propuesta de venta de Isagén, sus acuerdos en la sombra con las Farc, entre otros, van hacer que la gota derrame el vaso.

Y claramente eso a él no le conviene, aún le falta cumplir muchas de sus metas, y aunque tiene las mayorías en el Legislativo, lo que muestra un vergonzoso Congreso de bolsillo para que le aprueben todos sus desmanes, puede estar poniendo en juego su tan anhelado Premio Nobel de Paz y ese añorado fin del conflicto puede que se queme en la puerta del horno.

Cuando es de castigar en las urnas,
los pocos que salen a hacerlo, lo hacen con agrado y satisfacción.

Y es posible que una cosa no tenga que ver con la otra, pero Santos es el presidente para ambas y no se nos puede olvidar que para que todo lo que salga en La Habana tenga validez, se debe refrendar en las urnas votando Si en el plebiscito. Y es clarísimo que la mermelada puede con todo —tal como se vio en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 2014—, pero también hay que recordar que no hay nada mejor para la mayoría de los colombianos que salir a las urnas y dar un voto de castigo. Puede ser que a muy pocos les guste salir a marchar, que lo de protestar no sea lo suyo, que prefieran quejarse en redes sociales antes que recorrer calles enteras con pancarta en mano y gritando arengas, pero cuando es de castigar en las urnas, los pocos que salen a hacerlo, lo hacen con agrado y satisfacción.

Y muchos colombianos quieren que se termine el conflicto armado, que la guerrilla deje las armas y que ingresen a la vida política y se debe destacar que voluntad de la partes se ha visto, este proceso ha tenido altas y bajas pero continúa y eso ya es mucho; pero la política económica de Santos nos tiene del cuello, con los agravantes de las crisis en Europa y Estados Unidos, además del fenómeno del Niño, la baja del petróleo y la subida del dólar, todo esto puede generar una catástrofe social que probablemente repercutirá cuando el llamado a elecciones se haga.

Si Santos pretende que su proceso con la guerrilla llegue a un buen puerto, que su Unidad Nacional no se desintegre y que la oposición en el Congreso no crezca, debe moderar su visión neoliberal, debe dejar de hacerle caso a todo lo que las organizaciones multilaterales le ordenan y llevar la fiesta tranquila si es que quiere terminar bien su segundo periodo. Esperemos que el colombiano aprenda —la verdad no creo—, a elegir sus gobernantes, aunque ya me imagino a la ‘muchedumbre’ votando en desbandada por el heredero de Santos en el 2018 para que la historia se repita.

 

@julianelpolit

[email protected]

 

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