Don Rodrigo Tamayo, un campesino de la vereda La Guayana de Villamaría (Caldas), estuvo a punto de dejar de cultivar tomates y cebollas por culpa de una crisis que atravesó hace algún tiempo. Las ventas iban mal y no le estaban dejando las mismas ganancias que en años anteriores. Sin embargo, una app fue su salvación. Gracias a Kanpo logró comercializar sus tomates y cebollas en nuevos lugares donde había gran demanda. Se trata de una aplicación dirigida a pequeños y medianos agricultores, especialmente a los que son beneficiarios de programas de asistencia técnica. Su objetivo es lograr que el campesino colombiano empiece a pensar como un gran empresario.
El hombre detrás de esta iniciativa es Hector Fabio López, un ingeniero agrónomo nacido en Medellín pero criado en Manizales. López siempre ha sido amante del campo. En sus travesías, muchas veces a lomo de mula, notó un problema que llamó su atención. En el campo colombiano es común que el campesino saque su cosecha para venderla en las carreteras o en cualquier esquina. Además, también ha notado que cuando logran hacerlo con intermediarios, muchas veces es más la ganancia que le queda a éste que al mismo campesino. Esta es la realidad que López lleva cinco años intentando cambiar por medio de Kanpo.
Son muchas las ventajas que ofrece Kanpo al campesino colombiano. De entrada, es posible encontrar nuevos mercados en dónde comercializar sus productos, inclusive, exportarlos. Así sucedió con un grupo de cultivadores de Aguacate Hass en Aranzazú (Caldas). Lograron enviar sus aguacates a Europa con la exportadora Wolf & Wolf, además de Perú y Chile con CorpoHass. Kanpo también ofrece alternativas para mejorar la calidad de la cosecha. Por ejemplo, hay un banco de buenas prácticas para compartir con otros agricultores. Es posible tener acceso a estadísticas sectoriales para decidir si conviene adelantar o retrasar la cosecha y también ofrece asistencia técnica remota para resolver cualquier duda sobre el cultivo.
Aunque la aplicación es de uso gratuito, López encontró una manera de monetizarla para hacerla financieramente sostenible. Lo hace por medio de la publicidad. Ofrece estrategias de promoción a laboratorios de insumos agrícolas teniendo en cuenta que los agricultores son el principal mercado de este sector. De igual manera, sus anunciantes reciben información sobre qué tipos de productos son los más usados en determinadas regiones.
Sin embargo, López no desarrolló Kanpo solo. El trabajo en equipo ha sido clave. Sus conocimientos como ingeniero agrónomo se juntaron con los de Diego Fernando Ceballos, que es ingeniero de sistemas, y con los del programador Andrés Camilo Peláez. Además, han sido claves los apoyos de entidades como el MinTIC y del Vivelab de Manizales.
La aplicación, que vio la luz en el 2013, implicó un gran trabajo desde mucho antes de su lanzamiento. Fueron meses de entrevistas a potenciales usuarios. El equipo conversó con distintos tipos de agricultores para identificar sus necesidades y desarrollar una aplicación que verdaderamente potenciara su actividad comercial. Así, productores de cebolla larga, tomate, plátano, caficultores, frutas y hortalizas jugaron un papel vital en la creación de Kanpo. También colaboraron con información entidades el Sena, comercializadoras y asociaciones agrícolas. Una vez Kanpo nació, su primer gran cliente fue Asofrucol, que hace presencia en 20 departamentos del país.
Así fue como consiguió su primer gran cliente: Asofrucol (Asociación Hortifrutícola de Colombia), que está presente en 20 departamentos del país; y posteriormente, la exportadora CitriCaldas (asociación de citricultores). López por su parte, se siente satisfecho con lo que ha logrado en el tiempo que lleva funcionando su aplicación. Sabe que aún falta mucho por lograr pero está convencido que las nuevas tecnologías son una herramienta que puede mejorar la calidad de vida de los campesinos colombianos.
Probar la aplicación es tan fácil como ingresar a www.kanpo.com.co y descargarla. Puede ser usada en Android e IOS. El usuario únicamente debe inscribir sus datos personales, los de la finca y su geolocalización.