Durante los últimos años, los habitantes de nuestro país han experimentado de manera directa una de las consecuencias más preocupantes del cambio climático y del calentamiento global, es decir; la disminución en la disponibilidad de agua para el consumo humano y fines agrícolas.
El descenso histórico en el nivel del rió Magdalena[1], la amenaza de racionamiento eléctrico debida a los bajos niveles en los embalses, las diversas conflagraciones forestales distribuidas a lo largo del territorio nacional, así como los impactos en la producción agrícola y pecuaria y la restricción en la oferta de agua para consumo humano; han generado la imperiosa necesidad de implementar acciones a nivel nacional y regional encaminadas a brindar alternativas que permitan garantizar el acceso al agua en condiciones cada vez más adversas.
Este escenario no ha sido ajeno al departamento de Norte de Santander; durante los últimos 5 años, 16 municipios del departamento han experimentado dificultades y afectaciones directas derivadas de las limitaciones en la disponibilidad de recursos hídricos [2]. Este preocupante panorama tiene altas probabilidades de reproducirse en otros municipios del departamento debido al incremento de la temperatura promedio en el país y al descenso en nivel de precipitaciones reportado para el departamento por el IDEAM en el año 2011[3].
Los impactos adversos que se derivan de la disminución en la oferta de agua ya han sido experimentados por los sectores productivos del departamento y de la provincia de Ocaña. Durante el año 2015 la fuerte sequía que azoto el país perjudicó de manera contundente los sectores agrícola y ganadero, limitando la producción de alimentos en distintas zonas de la región, generando alarmas por el impacto económico y por el riesgo de desabastecimiento a la población.
Según datos reportados por Asomunicipios –Asociación de municipios del Catatumbo, provincia de Ocaña y sur del Cesar, –, por efectos de la sequía en el 2015 el sector agrícola se vio fuertemente impactado, de tal manera que se dejaron de sembrar 15 mil hectáreas[4] de tierras productivas ,mientras que cifras reportadas por Fedegan plantean que durante el periodo de verano correspondiente al segundo semestre del año 2015 y al primero del 2016, se produjo una reducción en la producción lechera departamental cercana al 35 %[5], impactando la economía de la provincia en un estimado de $60.000 millones de pesos[6].
En la ciudad de Ocaña la problemática se ve acentuada por la creciente contaminación de las cuencas de los ríos Algodonal y Tejo y por la disminución de sus respectivos caudales, situación que ha generado racionamientos en el servicio de acueducto en algunos sectores de la ciudad[7]. Ante este escenario, resulta de vital importancia buscar alternativas que permitan a los habitantes y agricultores de la provincia suplir sus necesidades de consumo, garantizando la disponibilidad de este recurso incluso en periodos de sequía severa.
Aunque resulte difícil de concebir, una de las alternativas que contribuiría a solucionar el creciente déficit hídrico que afronta la provincia de Ocaña, podría encontrarse justo debajo delos pies de sus habitantes: el agua subterránea.
En efecto, a nivel mundial, cada día resultan ser más las comunidades y poblaciones que recurren a este tipo de recurso natural buscando suplir la demanda de agua en sus territorios; de manera particular según datos aportados por la Asociación Mundial para el Agua (Global Water Partnership), en los últimos 30 años el uso de agua subterránea para fines de riego en zonas secas y semiáridas se ha multiplicado exponencialmente, de tal manera que en países como India, las áreas cultivadas que utilizan agua subterránea ha aumentado encerca de un 500% desde el año 1960[8], llegando hasta los 39 millones de hectáreas, es decir 140 veces el tamaño total de la provincia de Ocaña[9].
En el continente Americano grandes urbes como Ciudad de México cubren cerca del 80% de su demanda de agua potable mediante una red de más de mil pozos profundos[10] , mientras que en países como los Estados Unidos el 50% del agua potable que se consume corresponde a aguas subterráneas.[11]
En Colombia, pese a que según cálculos de IDEAM cerca del 99% del agua dulce almacenada se hallan en el subsuelo[12], resultan ser pocas las zonas en donde se ha aprovechado ampliamente este recurso natural; pese a esto, en regiones con fuerte presencia agroindustrial como el Valle del Cauca, el Urabá antioqueño, el magdalena medio o los Llanos orientales, se ha implementado la extracción de aguas subterráneas para regadío en cultivos de Caña de Azucar, Banano o Palma Africana con muy buenos resultados productivos.
En el departamento de Norte de Santander y particularmente en la provincia de Ocaña, la utilización de agua subterránea todavía no se ha extendido de manera masiva pese a las limitaciones en la disponibilidad de agua superficial relacionadas con los periodos de sequía y verano intenso. Sin embargo, tal y como se observa, los diferentes ejemplos nacionales e internacionales ponen en evidencia la importancia creciente del agua subterránea como una alternativa viable y confiable para el suministro de agua potable en zonas rurales y urbanas y constituyen un referente importante para empezar a aprovechar este recurso natural en nuestra región.
Para lograr este objetivo, resulta muy importante que agricultores, ganaderos y habitantes de las zonas rurales interesados en acceder a este recurso puedan contar con la asesoría técnica especializada que les permita seleccionar los métodos y tecnologías apropiados durante las etapas de prospección, construcción y mantenimiento de los puntos de captación (Aljibes o pozos profundos), así como disminuir los costos asociados a la construcción del pozo y los riesgos de contaminación derivados de la incorrecta operación.
De igual manera, resulta necesario articular acciones que involucren a las Alcaldías Municipales, a los sectores productivos y a las autoridades ambientales como CORPONOR, en un proceso que permita incrementar el conocimiento geológico e hidrológico en la provincia de Ocaña, permitiendo establecer con mayor precisión el potencial y las características de los recursos hídricos subterráneos presentes en la región, facultando de esta manera que los habitantes de Ocaña y en general de la provincia a conocer, valorar, aprovechar y conservar este vital recurso que pertenece y podría beneficiar a todos los habitantes de la región .
[1] http://www.vanguardia.com/santander/barrancabermeja/349582-el-rio-magdalena-llego-a-un-nivel-critico-de-sequia
[2] Los Municipios son: Chinácota, Chitagá, Convención, Cúcuta, El Carmen, Herrán, La Playa, Los Patios, Mutiscua, Ocaña, Pamplonita, Puerto Santander, San Calixto, Sardinata, Tibú, Villa del Rosario. Fuente: http://www.laopinion.com.co/region/16-municipios-de-norte-de-santander-en-riesgo-de-sequia-98018#ATHS
[3] Mayorga, R., Hurtado, G., & Benavides, H. (2011). Evidencias de cambio climático en Colombia con base en información estadística. Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales-IDEAM, Bogotá.
[4] http://www.elespectador.com/noticias/nacional/alcaldes-de-norte-de-santander-se-unen-contra-el-fenome-articulo-610042
[5] http://www.contextoganadero.com/regiones/35-cae-produccion-de-leche-en-norte-de-santander-por-sequia
[6] http://www.rcnradio.com/locales/60-000-millones-perdidas-sequia-la-provincia-ocana/
[7] http://radiosonar.co/racionamiento-de-agua-en-algunos-sectores-de-ocana/
[8] Shah T 2009 Taming the anarchy: groundwater governance in South Asia. Resources for Future Press (Washington DC, USA).
[9] El área total de la provincia de Ocaña es de aproximadamente 2785 Km2
[10] Mexico City's Water Supply:Improving the Outlook for Sustainability, National Research Council, Academia Nacional de la Investigación Científica, A.C., Academia Nacional de Ingeniería, A.C., NATIONAL ACADEMY PRESS, Washington, D.C. 1995, capítulo 4
[11] http://www.unperiodico.unal.edu.co/dper/article/el-agua-subterranea-un-tesoro-enterrado.html
[12] IDEAM. 2001. Perfil del estado de los recursos naturales y del medio ambiente en Colombia. SIAC.