¡¡Agradezca señora, solamente la robaron!!
Opinión

¡¡Agradezca señora, solamente la robaron!!

A Paola la robaron en un reconocido café camino una entrevista de trabajo, ¿en cuál?, no importa dado que desde hace tiempo no es raro que se repita el mismo libreto

Por:
diciembre 16, 2021
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A Paola la robaron en un reconocido café de Usaquén, ¿cuál?, no importa mucho dado que en la mayoría desde hace tiempo no es raro que se repita el mismo libreto; un robo con alguna violencia, la necesaria apenas, por fortuna dice ella, esto en su mesa y en otro par vecinas en un espacio que recuerda atiborrado de gente.

Ocurrió en pocos minutos, una impresión severa, angustiosa, con bastante mareo; a secas, tan solo el preámbulo del abismo, un caos que ya le toma cerca de un mes y varios millones de pesos que engordan la cuenta para superar de lejos el valor de lo que le quitaron en la primera mano, algo así como un atraco permanente, interminable, cáustico.

Tras el ataque ella reacciona con un poco de algarabía, más por miedo que otra cosa, incluso incomodando notoriamente a algunos clientes que casi parecieran sacar pecho por encontrarse en esta ocasión a salvo de la cacería. Se han llevado su cartera y como ya no tiene nada pide con urgencia un teléfono al encargado y empleados del lugar. El primer escollo se centra en deducir cuál es el encargado ya que entre todos se miran como si trataran de protegerlo de una  peligrosa asechanza; los otros se resumen en que usar el teléfono del lugar es imposible, este teléfono solo es para asuntos internos de la cafetería y, por otra parte, ninguno de los trabajadores tan ocupados como inconmovibles está dispuesto a sacrificar “minutos de su celular”, prestándole a una desconocida un aparato que podría ser contaminado de saliva cargada con virus letal.

Veamos rápido las cámaras, por favor. Imposible, como le dijera señora, para colaborarle con eso tiene que estar puesta la denuncia y se necesita una orden, por cierto, lo más rápido que pueda porque los archivos se van eliminando cada equis tiempo. Avance más bien con lo de la denuncia, y para serle sinceros ustedes fueron muy afortunados, últimamente por toda esta zona están dándole algo a la gente, alguna droga que las deja como sonámbulas y les toca de clínica. Tenga cuidado, de verdad señora, que nada de raro tiene que anden por ahí echando ojo.

El CAI cercano, por fin el CAI con policías. Imposible señora, para poder nosotros hacer algo ahorita de reacción, usted tiene que tener identificado al ladrón. No le pidió su número de cédula al ladrón porque fue él quien se llevó la de ella, piensa Paola y por puro instinto de conservación calla y obedece. Mejor apúrese señora, con lo de la denuncia. Y la denuncia se hace virtual, es el tiempo moderno del gobierno en línea, la tecnología, eliminación de trámites, sociedad de la información, pero esta vez, como es habitual, la plataforma “está caída”, y por varias horas.  Señora, nosotros aquí para colaborar, pero acuérdese para futuras ocasiones que lo de la denuncia es lo primero en estos casos.

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"Mejor apúrese señora, con lo de la denuncia". Y la denuncia se hace virtual, pero esta vez, como es habitual, la plataforma “está caída”, y por varias horas

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La cartera que le quitaron a Paola tiene entre otras cosas que habitualmente van en una cartera, el teléfono celular, la cédula, el pase de conducción, tarjetas del banco (cómo se le ocurre cargar tarjetas, señora, también le han dicho hasta la saciedad), las llaves, la tarjeta de propiedad y la boleta del parqueadero en donde poco antes guardó el carro para venir a este café a cumplir una cita que, por lo demás, era una entrevista de trabajo.

Así que lapidaria resulta la odisea para que en el parqueadero le hagan caso en no dejar sacar el carro si alguien se presenta con la boleta; y más colosal conseguir retirarlo sin papeles mientras va solucionando día tras día lo que se necesita para que no continúen vendiéndolo a su nombre en diversos anuncios. Poco, en realidad poco: para no estirar la historia que muchos saben de memoria y otros llevan grabada en la piel, en minutos harán compras con su tarjeta, la cuenta subirá a varios millones de pesos que se vuelven cotidiana y propia culpa como le recuerdan en el banco, porque “es responsabilidad del cliente cuidar las tarjetas”, por eso acá le colaboramos señora, pero el banco no se hace responsable.

El taxímetro anda veloz, cuesta plata la nueva cédula, la tarjeta del carro, el pase de conducción con curso o un poquito más caro sin curso, desplazarse en los resbaladizos escritorios de los trámites, los sellos, las huellas de todos los dedos; no es fácil, para rematar,  vérselas con las plataformas del gobierno en línea “temporalmente fuera de servicio”, con esos días largos y enajenados oyendo la repugnante música de espera del call center, su llamada es importante, marque 1 para tal, 3 para tal, consulte la política de tratamiento de datos en triple W, lo invitamos a responder una breve encuesta al final de esta llamada, al final de la miserable vida, refuta al viento Paola.

A veces la suerte saca a relucir sus ironías. La víctima de este robo continuado en el tiempo tampoco obtendrá el trabajo que buscaba, fue ella quien propuso este café para la entrevista y su entrevistador quien en principio sugirió un lugar contiguo y a quien le quitaron más cosas que a Paola, no debe andar de buenas pulgas.

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