Cuanta alegría puede recibir un docente al ver que sus estudiantes logran sus objetivos. Saber que sus enseñanzas serán vitales para su formación como persona y ciudadano; que has impactado de manera significativa en sus vidas, dejando huellas que no serán borradas durante mucho tiempo.
Ese tipo de cosas son las que llevan a un docente a levantarse todos los días de su cama para ir a construir un mejor país, bajo la enseñanza de nuevos infantes/adolescentes que van direccionando su vida. En un país como el nuestro, cuyos problemas suelen estar al orden del día, el docente se convierte no solo en educador, también psicólogo, consejero y guía. Un trabajo arduo, pero que, con amor, suele ser gratificante.
Encontrar ex-estudiantes siendo profesionales y agradecidos, porque tus enseñanzas le mostraron el camino que debía seguir, suele ser lo más idílico que puede recibir un docente. Un profe cuyo interés sea ver a sus educandos progresar, sabe que el mayor pago para el es verlos crecer como profesionales y personas. Conoce muy bien las necesidades de los estudiantes y de una sociedad que ha sido afectada por una cantidad de vicisitudes.
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Ahora bien, el trabajo docente no es fácil para aquel que se esmera por hacerlo cada día mejor. Tener que trabajar horas en casas planeando, creando estrategias didácticas para la enseñanza o pensando sobre las formas de generar el ambiente educativo necesario para que el estudiante pueda aprender, es un trabajo dispendioso y de mucho cuidado. Así mismo, las formas de evaluación, basado en competencias, elevan mas la rigurosidad del trabajo de los educadores.
Por otro lado, tenemos aquellos profes que deben pasar trochas, cruzar ríos e ir a veredas lejanas, contrariando lo abrupto de la geografía o lo remoto de las escuelas. Aquellos que se demoran mas de 2 horas de viajes para llegar a sus lugares de trabajo, son los que merecen un mayor respeto por las travesías que deben pasar. Su sacrificio en pro de la educación y su creencia en una mejor sociedad, da pie para todo lo que hacen diariamente.
Ante todo, agradecer a los docentes porque sabemos que con el esfuerzo se llegaran a las metas.
(En dedicatoria a mis estudiantes de Gimnasio Cervantes de Cartagena y CEP Nuevo Mundo) ¡Gracias Totales!
