¿Quién al ser más querido de la tierra,
a la madre bendita, mujer santa
traspasarla podrá -donde ella encierra,
tan magno corazón que todo encanta-
con la espada asesina y ni se espanta?
Quizás alguno como aquel demente,
forjó locura tal como el versista ufano,
el “gran artista”, sádico romano,
con saña cruel y entrañas de serpiente,
conflagrador y pérfido tirano.
La Madre Patria está envenenada
por sectario criminal; incendiarios
sus sádicos matones, manada
de apátridas y viles mercenarios,
declaran “logros” en todos los diarios.
Y agoniza la madre que en su lecho,
por los pérfidos hijos triste implora;
por aquellos innobles que han desecho
con sus crímenes de esta fatal hora
de exterminios ¡oh muerte ama y señora!
¡Despierta mi Colombia! No sé cuantos
dieron la vida al empuñar fusiles
por la paz; merecieran que sus nombres
para siempre -tallados con buriles-
y en los bronces quedasen tantos llantos…
FGO 2018