Una entrevista a Jorge Luis Borges, realizada por el periodista Joaquín Soler Serrano en su programa A fondo, logra penetrar en lo más profundo de la subjetividad del escritor argentino, exponiendo un tema sensible como la amistad, donde reitera su cercanía con Adolfo Bioy Casares.
La amistad permite ocultar hechos, pasiones y demás cosas, situación distinta al amor que necesariamente requiere de confidencialidad. La amistad de Borges y Bioy, creería, rompía los paradigmas. Se conocieron en casa de Octavio Ocampo en San Isidro, un encuentro hecho un desastre en primer momento pero, desde ahí no dejaron de reunirse y dialogar extensamente hasta que la muerte llegó a Borges, naciendo historias, relatos, personajes, ideas y pasiones.
Bioy, escritor, guionista, editor y periodista, enamorado de la literatura francesa, inglesa y norteamericana, nació en Buenos Aires en 1914, donde aprendió de su padre que “un escritor acepta siempre algo que mejora su texto”. Lo que habla de su personalidad, que sin duda alguna halló en la mujer, como él solía mencionar, la expresión de belleza, por lo tanto su indiscutible amor hacia ellas. Silvina Ocampo, fue su compañera toda una vida y con quién escribió junto a Borges la obra antología de la literatura fantástica.
La literatura fantástica en América Latina encuentra en Bioy Casares su identidad intransferible, trazando en La invención de morel, un texto lleno de mágicas actitudes. Un hombre completo y eterno, una isla, el mar, las imágenes, las colinas, donde el espejo refleja una realidad distinta y tan parecida a la vida común; más allá de las obras publicadas o inéditas, está un hombre.
En 1991 entregan el premio de literatura Miguel de Cervantes a Bioy por su vasto aporte al mundo de la cultura, lo que significaría mayor reconocimiento a su trayectoria como escritor. Pero como bien es conocido, la vida del escritor es una vida con profundos sentimientos y pasiones, caídas y levantadas, charlas y soledades, en palabras del mismo, la tragedia más grande fue perder a su esposa e hija. Un dolor que el tiempo no calma.
Hoy, la sociedad líquida del siglo XXI enfrenta una coyuntura histórica un tanto trágica, donde cerca de 500 millones de personas están confinadas en sus hogares como consecuencia de una pandemia global, cambiando la rutina que nos impone la realidad del mercado, momento que para disfrute de muchos puede ser apropiado para introducirse al mundo de la lectura. Y qué más camino que la escritura latinoamericana que nos puede ayudar a entender el realismo mágico o fantástico que el mundo tiene para nosotros. Bioy Casares, un hombre para leer.