En una mezcla de dolor y rabia, los 600 asistentes al sepelio catnaban estas estrofas mientras caminaban por la parte alta de Coconuco: “Indios que con valentía / y fuerza en sus corazones, / por justicia y pervivencia / hoy empuñan los bastones.” En este pueblo en las estribaciones del volcán Puracé, en el Cauca, el miércole11 de octubre despidieron a Efigenia Vásquez, la periodista que fue asesinada dos días antes.
El resguardo indígena de Coconuco tiene una pelea desde abril de este año con el empresario de Popayán Diego Angulo, quien según el Tribunal Administrativo del Cauca es el propietario de un terreno en el que construyó un balneario. Isneldo Avirama, gobernador del resguardo indígena, no acepta el fallo y reclaman la propiedad sobre este terreno que según ellos forma parte de su territorio ancestral.
Desde abril, cuando el juez Carlos Hernando Jaramillo le entregó la posesión a Angulo, los Coconuco iniciaron la defensa, según ellos, de sus derechos. Este 9 de octubre cuando emprendían una nueva jornada de protesta, un piquete de 150 policías, la mayoría del Esmad, los enfrenaron forzando el desalojo del terreno. Con granadas de aturdimiento y gases lacrimógenos no solo sacaron a la comunidad de la finca Aguatibia, sino que se tomaron incluso el Resguardo. Allí cayó muerta de un disparo Efigenia. Según Medicina Legal la causa fue una bala de arma de carga múltiple ( fusil o guacharaca). Quedan tres niños huérfanos menores de diez años.
Desde los distintos resguardos que hay en el Cauca llegaron líderes para despedirla precisamente el 12 de octubre, un dia significativo para los indígenas caucanos que permancen como etnia, enfrentándose a todos los poderes desde la conquista. Los acompañó el senador Marco Aníbal Avirama, miembro del pueblo Coconuco, del partido Asi.
Cuatro horas duró el duelo alrededor de la querida Efigenia. Cantaron el himno indígena y gritaron consignas. Alli estuvieron en silencio sus padres y su compañero y los tres niños. La vida sin ella será otra, para todos.