Quien lo vive lo entiende.
La sociedad tiene adicciones, más de lo que podemos llegar a pensar, sobre todo porque las más populares son a las sustancias y no hemos comprendido, que las conductuales, si bien son silenciosas, causan el mismo efecto devastador en el cerebro.
Fui adicto 14 años a los casinos y 20 a la marihuana, donde literalmente estuve secuestrado por un cerebro, que pide a gritos saciar su placer, no importa que agote mentalmente, como sea hay que satisfacerlo.
La sociedad aún sigue sin comprender a quienes viven sin control, entregados a las adicciones, y como no se entiende nuestra enfermedad, se tiende a creer que es por un simple capricho y no se profundiza en la realidad, donde muchas veces la persona que lo vive, tiene una serie de conflictos no resueltos en su infancia, adolescencia y hasta temas genéticos están involucrados.
Hoy entreno cerebros adictos, gracias a que comprendí las lógicas de mi enfermedad.
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