De boina gris, postura curvada, bastón y mirada ausente se veía todas las noches a la señora María del Socorro Sepúlveda Gutiérrez rondando por las calles de Caratal esperando cuál de los venderos ambulantes le iban a dar un plato de comida. No bastaba sino ser un buen observador para saber que esta señora era una muerta andante y que algo no estaba bien con ella.
En noviembre del 2016 sufrió un accidente automovilístico y a través de este hecho se pudo conocer las condiciones en las que vivía. Los Bomberos, la Policía Nacional y algunos comerciantes se pusieron en la tarea de limpiar y desintoxicar esta vivienda ubicada en el barrio Montañita, es increíble imaginarse la cantidad de basura que se encontraba allí, montones de cucarachas recorrían toda la pared formando cortinas, había restos orgánicos, cadáveres de palomas, un criadero de ratones y una cantidad suficiente para llenar más de dos volquetas de residuos, que para la señora eran su tesoro.
Se podían escuchar muchas críticas en el municipio, la gente no entendía cómo hacia ella para vivir en esas condiciones, pero se trata de un trastorno psicológico llamado acumulación compulsiva, que obliga a quienes lo sufren a acumular objetos y les impide deshacerse de ellos, aunque estos sean inservibles o no cumplan ningún propósito practico. La señora María del Socorro adquirió este trastorno después de la pérdida de su amado esposo.
¿Hasta qué punto tiene que llegar un acontecimiento para que nos demos cuenta de lo que le pasa a nuestro vecino? ¿Hasta qué punto estamos más pendiente de chismes y redes sociales que de la realidad? ¿Hasta qué punto olvidamos a nuestros ancianos que con su silencio piden a gritos ayuda?