El pasado 16 de de junio, tras 37 días de cese de actividades por parte del gremio de los docentes se firmaron los acuerdos que dieron por terminado el paro que afectó a más de 8 millones de estudiantes en todo el país, el cual puso a aproximadamente 100.000 de los 320.000 docentes existentes en Colombia a marchar en las calles de manera férrea, decidida y sobre todo pacífica, mostrando unidad y convicción de ideas. El origen de esta decidida movilización se encuentra en una lucha histórica que ha perseguido la dignificación de la labor docente, traducida en mejoras salariales, prestacionales, de reconocimiento y posicionamiento de la carrera docente
A diferencia de los paros anteriores convocados por FECODE en donde el tema principal era salarial, el pliego de peticiones en esta ocasión fue mucho más estructurado y pensado en función de las garantías de financiación para el funcionamiento de la educación publica en Colombia, pero ¿a qué acuerdos llegaron?
En lo que tiene que ver con la financiación de la educación el gobierno se comprometió a realizar una reforma estructural al Sistema General de Participaciones (SGP) y acordaron crear una comisión para presentar un proyecto de ley ante el Congreso, teniendo en cuenta que es este último el llamado por vía constitucional a legislar sobre el tema. En cuanto a la nivelación salarial el gobierno había dado cumplimiento a lo pactado en el acuerdo del 7 de mayo de 2015 a través de la expedición de los decretos 980 y 982 ambos con fechas del 9 de junio de 2017, emanados por el departamento administrativo de la función pública. En estos decretos se estipula un aumento de dos puntos adicionales al incremento de los salarios de los empleados públicos, es decir 8,75 %, además se crea una bonificación pedagógica efectiva a partir del mes de diciembre del 2018 y será del 6% de la asignación básica mensual hasta llegar al 15% en el 2020 , será un solo pago anual, si hacemos un ejercicio con el salario más bajo de un docente que de acuerdo a la tabla salarial del año 2017 devengará 833.605 pesos, la bonificación correspondería a la suma de 50.016 pesos al año, algo realmente muy irrisorio.
En cuanto a las primas extralegales que también estaban en el pliego de petición, el gobierno se acogió al concepto del Consejo de Estado de número 2302 de febrero del presente año, el cual las declaró inconstitucionales y por tanto sin efectividad para pago en los entes territoriales que las venían pagando (se impuso el gobierno).
En lo atinente a la cobertura de preescolar y jornada única se pactaron acuerdos que van más allá de la vigencia de este gobierno y contando con la reforma del SGP, es decir se pactó sobre algo hipotético que dependerá de la buena voluntad de los gobiernos de turno, esperando que esto se pueda convertir en política de Estado.
Se acordó además la revisión y modificación de 4 decretos que fueron expedidos por parte de este gobierno y que según el sindicato "no conducen a la calidad de la educación". Aunado a lo anterior, en el marco de todo el acuerdo se pactó la creación de varias comisiones con tareas especificas entre ellas las de velar por el cumplimiento del mismo acuerdo.
A pesar de todo “lo conseguido” y teniendo en cuenta la viabilidad de lo pactado queda en la atmosfera una pregunta, quién fue el ganador realmente en toda esta pugna de poderes? La dinámica pareciera indicar que FECODE pues proclama a voz fuerte, con gritos de júbilo su victoria, pero si no hay nada concreto, si todo es hipotético y depende de terceras voluntades será cierto su triunfo? O su discurso solo es un adormecedor de masas que busca mostrarse triunfante cuando de verdad lo único que ha hecho es satisfacer el deseo de unos pocos, quienes solo persiguen la consecución de un beneficio personal, la perpetuación en el poder.
Si analizamos, lo único real y tangible de estos acuerdo se dio en material salarial y ha generado un descontento por parte de algunos sectores del mismo gremio. Hay que recordar que en el paro del año 2015 cuando el presidente de FECODE era Luis Grubert Ibarra y la ministra era Gina Parody, los acuerdos que dieron por terminado el paro en esa ocasión dejaron unos sin sabores y generaron un división en el gremio, las bases se sintieron traicionadas por FECODE ,el sindicato se debilitó moralmente y promulgaron desafiliaciones masivas que terminaron con la renuncia posterior de Grubert, el nuevo dirigente sindical Carlos Rivas no iba a cometer el mismo error de su antecesor y tenía que ser estratégico y saber levantar el paro en el momento propicio, la estrategia le funcionó se levantó el paro sobre promesas y comisiones con aumentos bajos que aun no dignifica la profesión docente, pero con un discurso de victoria que contagió a todos.
Esperemos que el gobierno actual le cumpla a un magisterio que bien se lo merece, sobre todo a esos docentes de base que dieron ejemplo de cómo se hace una protesta pacífica y la responsabilidad que tiene FECODE de responderle a todo un gremio que le devolvió la confianza pero que no traga entero.
Los acuerdo dejaron la puerta abierta para un nuevo paro, muy posiblemente en dos o tres años la historia se repetirá, cuando el gobierno de turno nuevamente incumpla. Así ha pasado durante los casi 60 años de FECODE, que también necesita oxigenación y relevo generacional, darle paso a los nuevos docentes del estatuto 1278 que aluden no sentirse representados por ellos. La lucha sigue y seguirá hasta que las políticas en educación sean políticas de estado con financiación suficiente para brindar un servicio educativo de calidad en Colombia