Irán es un país con gran poder, pero con una economía azotada por las sanciones, y grandes enemigos como Arabia Saudita, Turquía e Israel. Fue también enemigo de Estados Unidos -quien es aliado de Arabia Saudita, los países del golfo, Israel y Pakistán- pero con este finalmente selló el pacto nuclear y con todos países pertenecientes al pentágono, más Alemania (G5+1). Las conversaciones duraron alrededor de dos años, después de que varios intentos de lograr una solución con Irán fracasaran anteriormente.
Dicho pacto pone un punto aparte a lo que fueron las relaciones del país persa con Occidente hasta el momento. Marca un nuevo capítulo que traerá beneficios a los dos bandos, y con el que también se pretende evitar que el Estado Islámico continúe expandiéndose y poner en marcha un plan eficiente para lograr derrotar al grupo yihadista. El pacto establece las bases para evitar que Irán tenga la capacidad de fabricar una bomba nuclear y propone ciertas condiciones para que, poco a poco, se vayan levantando las sanciones y sea posible para Irán mejorar el nivel de vida de sus habitantes que en gran mayoría celebraron pocos meses atrás cuando se anunciaba que el pacto era casi un hecho.
El nuevo gobierno iraní, conformado por el presidente Rohani, ha facilitado mucho las conversaciones, ya que desde que llegó al poder hace casi dos años (el 3 de agosto de 2013) ha puesto en marcha una política menos cerrada y conservadora; sin embargo, debe compartir el poder con halcones pertenecientes a una línea mucho más firme y extrema que no estuvieron de acuerdo en su momento con los diálogos para el pacto. De igual manera los republicanos pertenecientes al congreso norteamericano, que son mayoría en las dos cámaras de representantes, advirtieron en diferentes ocasiones que “el acuerdo ponía en peligro la seguridad de los estadounidenses” y se oponían tajantemente a la firma final que es también una cachetada para sus aliados suníes. Israel y su gobierno de extrema derecha, encabezado por Netanyahu, es también uno de los grandes opositores. En varios discursos ha manifestado que el acuerdo es un gran error y pone en peligro la seguridad mundial y el derecho legítimo de Israel a existir, negado según sus palabras por Irán.
El congreso estadounidense tiene a partir de hoy 60 días para revisar y evaluar los diferentes puntos del tratado nuclear, el cual tendrá el poder de aprobar o desaprobar. Rohani ha expresado que Irán no hará mal uso del levantamiento de las sanciones occidentales y recalcó que la seguridad regional esta a salvo, que el progreso de la iraní solo traerá beneficios para todos. Advirtió, además, a todos sus países vecinos que no se dejarán influenciar por el régimen sionista que lidera Israel. Por la misma vía, Obama en su primer discurso tras lograr cerrar el acuerdo, ha afirmado que “no hay vías abiertas para la formación de una bomba nuclear” y de violarse las reglas establecidas las sanciones a Irán serán instauradas nuevamente. Ha hecho saber a Israel que EE.UU. seguirá de su lado, subrayando que de no haber logrado llegar a un acuerdo, Irán significaría verdaderamente un peligro en la zona y en el mundo entero.