En Colombia, el acoso sexual es el pan de cada día al que pareciera que nos acostumbramos. A pesar de que las autoridades hacen frente al asunto, los esfuerzos son nulos ante dicho problema que deja daños irreparables en las personas afectadas.
Las cifras son alarmantes. Entre enero y agosto del 2018 se reportaron 17.574 casos de presuntos delitos sexuales, de los cuales 15.408 tienen como víctimas a menores de edad.
Según el informe de Medicina Legal, 13.072 de las víctimas fueron mujeres y 2.336, hombres. El mayor número se presenta en un rango etario entre 10 y 13 años (5.586 casos), seguido por el que abarca menores entre 5 y 9 años (4.301 casos) y de 14 a 17 años (3.421 casos).
Asimismo, las ínfulas del poder o autoridad casi siempre son protagonistas como ocurrió en las siguientes historias que tuvieron relevancia en los medios de comunicación del país.
La primera de ellas involucra al exalcalde del municipio de Puerto Colombia, Atlántico, Carlos Altahona Arraut, quien fue privado de la libertad con detención preventiva. El exmandatario es acusado por los delitos de acto sexual abusivo con menor de 14 años, acceso carnal abusivo con menor 14 años en concurso homogéneo, con demanda de explotación sexual con menores de 18 años y estimulación a la prostitución de menores de edad.
El polémico proceso ha creado una división entre habitantes del municipio, hasta el punto de realizar una marcha días posteriores a su captura por quienes consideran es inocente. Por otro lado, entre los testimonios que han sido escuchados en las audiencias se habla de una fundación fachada para atraer a los jóvenes.
El segundo caso también se registra en tierras atlanticenses y tiene que ver con el actual rector de la universidad del Atlántico Carlos Prasca, quien fue suspendido por tres meses de su cargo, esto como medida cautelar por la Procuraduría dentro del marco de las investigaciones que se adelantan por denuncias de acoso sexual al colectivo femenino del centro educativo (según dijo en su momento el Procurador General Fernando Carrillo).
La decisión fue tomada por el ministerio público a pesar de que Prasca fuera ratificado en su cargo días antes de la suspensión por el Consejo Superior de la institución.
Ahora, si en la región Caribe llueve, en el resto del país no escampa, puesto que otro de los casos más sonados fue el de las integrantes de la selección femenina de fútbol colombiana, quienes denunciaron en diferentes medios los acosos al interior de la tricolor.
Las futbolistas Melissa Ortiz e Isabella Echeverri publicaron una serie de videos en sus cuentas de redes sociales que sirvieron de mecha para encender la bomba que terminó explotando días después, cuando fueron denunciados casos de abuso sexual y maltrato en diferentes categorías de la selección nacional, que involucra a menores de edad.
Finalmente, pero no menos importante, en entrevista a una cadena radial nacional, los árbitros Carlos Chávez, Julián Mejía y Harold Perilla denunciaron haber sufrido acoso sexual a lo largo de su carrera. Específicamente, acusaron a dos colegas muy conocidos en Colombia, como lo son Óscar Julián Ruiz e Imer Machado.
Perilla manifestó haber denunciado a Ruíz ante la Fiscalía, por lo que el ente investigador ya empezó las indagaciones y se espera obtener más detalles para posteriormente decidir si la investigación en contra de él se abre oficialmente o no.
En definitiva, se necesitan medidas contundentes por parte de todos los sectores de la sociedad para enfrentar a cualquiera que intente tronchar la dignidad humana a sombras de un acto tan cobarde como lo es el abuso sexual.
No obstante, el llamado de atención a padres de familia o cualquiera que lea estas líneas es a que se llenen siempre de valentía y no claudiquen ante amenazas o presión de quienes quieran saciar su enfermedad o placer.