Los delitos se han situado permanentemente en la vida diaria de las personas participes del entorno social; afectándoles de forma directa o indirecta. Donde los medios de información cumplen un papel trascendente de cómo la ciudadanía asimila la realidad que la circunda. Programación inundada de robos, asesinatos, extorsiones, atentados, procesos judiciales, violaciones, desplazamientos forzados, secuestros; incautación de drogas, armas, contrabando –productos evadidos de aranceles-; casos de violencia doméstica, riñas, secuestros; la lista continua. Bastante de lo mencionado hacer parte de la inmediatez, no son más que una serie de sucesos padecidos por ajenos. Sin embargo existen ocasiones cuando el titular de un acontecimiento reactiva la conciencia crítica de los sujetos; fomentando la aglomeración de comentarios de total rechazo frente a los actos del transgresor. Pero cuál es la actitud siendo anónimo el delincuente; cómo se le pueden imputar acusaciones a un inexistente, exponiendo el caso de los infantes abandonados a la intemperie por las madres –en la mayor parte de los casos-, entregándolos a los padecimientos que le arrebatan la posibilidad de un devenir a esas jóvenes vidas. Acción sin castigo alguno por la ausencia del causante.
La problemática se ha masificado con los cuerpos encontrados en Bogotá –capital de Colombia- durante Junio del año 2014; haciendo reiterativas las denuncias de la ciudadanía frente a infantes hallados en lugares insalubres donde el final para aquellos no es nada alentador. Muchos sobreviven gracias a la atención oportuna de las entidades responsables, mas son varios los trasladados en bolsas negras. El razonamiento trata de dar sentido al acto de des-apropiación hasta el que ha llegado el ser humano, al dejar a la deriva un individuo sin las destrezas para residir en las calles de una ciudad habitada por la imposibilitada del respeto hacia el otro. Delito que expone el estado actual de las relaciones entre los diferentes sectores de la sociedad; la vida se reduce al monto de una cifra; personas mueren frente a las puertas de los hospitales por falta de disolvencia económica; la educación está fundamentada en la «instrumentalización» de los conocimientos para cumplir con los estándares de producción; el conflicto armado arremete contra los individuos del campo con la argumentación de un cambio para el país; empresas extranjeras acaban con las reservas naturales en busca de un bien particular. El desencadenamiento de un devenir sustentado en las bajezas de la sociedad.
Yacen sin fundamentos las razones que pretenden excusar el acto de abandono de una vida humana, al tratar de argumentar el delito bajo contrariedades provocadas por el entorno social. Se menciona la falta de empleo digno que genera la condición de pobreza monetaria; también se pone en tela de discusión el embarazo por causa de una violación, o simplemente aquel que no es planeado por la pareja. Las excusas pueden ser las más verídicas para un público desinformado de las facilidades que da el estado en esas situaciones, como es el caso del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar –ICBF-, entidad puesta al servicio de la población en momentos de calamidad que involucren a los integrantes de los diferentes núcleos afectivos de la sociedad.
Existiendo gran cantidad de auxilios para las personas involucradas en el contratiempo de una gestación errada; la justicia debería imputar los cargos sin clemencia alguna a un delito que es similar al asesinato, dejando de basar la gravedad de los cargos mediante la consigna de dónde fue dejando el cuerpo de la persona. Sin importar si el abandono fue en la banca en frente de una iglesia; en el depósito de basuras de una residencia; en una vía alejada de la urbe; el acto no deja de ser una agresión a la existencia.
Siempre ha estado latente la problemática de los bebés encontrados en lugares en donde no deberían estar; abandonados, dejados a merced de las decisiones de la calle, obsequiados a las desventuras de un mundo emancipado del cuidado ajeno. El fenómeno de ser visto algo como contemporáneo siendo de índole histórico, procede la idea entre la población de ignorar aquello que no se encuentra en los titulares de los medios masivo de información; restándole importancia a cuestiones presentes en la sociedad desde hace varios. No hay duda de la falta de acompañamiento del gobierno en ese tipo de circunstancias; porque no basta poner establecimientos para el socorro de la ciudadanía cuando no hay una formación preliminar acerca del uso adecuado de las diferentes ayudas que se brindan.
Las negligencias del estado; la falta de oportunidades para el desarrollo: educación, un trabajo digno, accesibilidad a los centros médicos, una vivienda con las mínimas comodidades que debe tener el ser humano; son cuestiones que a través de los años irán mejorando o decayendo, todo depende del compromiso no solo de las entidades del estado, sino de todos los involucrados en los proyectos enfocados a la resolución de la cuestiones que conciernen a la población.
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