Hemos vivido recientemente un acontecimiento que puso de relieve la importancia de valorar la vida y cómo diferentes acciones pueden reflejar esa valoración. El rescate de cuatro niños indígenas de la etnia huitoto, quienes estuvieron perdidos durante 40 días en la selva del Yarí, resalta la valentía de los niños, la sabiduría de los indígenas y la entrega de los comandos rescatistas. Por otro lado, las acciones militares a menudo se asocian con el conflicto armado y la pérdida de vidas. Este contraste invita a reflexionar sobre cómo la sociedad valora la vida y qué acciones prioriza en la búsqueda de la paz y la protección de los derechos humanos.
Las acciones militares, que incluyen bombardeos y enfrentamientos armados, tienen como objetivo defender la soberanía, la integridad del territorio y el orden constitucional. Sin embargo, su ejecución conlleva riesgos significativos, especialmente para la población civil que a toda costa hay que evitar. En 2019 y varias veces en 2021, las Fuerzas Armadas bombardearon campamentos guerrilleros donde murieron decenas de niños; estas acciones han sido objeto de críticas debido a las consecuencias humanas y la violación de los derechos humanos y el Derecho Internacional Humanitario.
En contraste, los rescates humanitarios tienen como objetivo salvar vidas en situaciones de peligro inminente. Estas operaciones requieren la intervención de médicos, enfermeras y profesionales humanitarios, en lugar de tropas armadas. Los rescates enfatizan la prioridad de proteger la vida y brindar asistencia médica urgente. El reciente rescate de los niños indígenas perdidos en la Amazonía profunda es un ejemplo destacado de cómo se pueden movilizar recursos y esfuerzos para preservar vidas y garantizar la seguridad de los más vulnerables.
En contraposición, las acciones militares han generado alarma y repudio en la sociedad colombiana debido a sus consecuencias devastadoras y violaciones de derechos. El caso de los falsos positivos donde civiles inocentes fueron asesinados y presentados como bajas en combate, se convierte en un símbolo trágico de la falta de valoración de la vida y los Derechos Humanos. El general Mario Montoya, bajo el mando del presidente Álvaro Uribe Vélez, implementó una política perversa basada en el conteo de cuerpos y la presión por resultados operacionales, priorizando las muertes en combate sobre la protección de los civiles y el respeto de los derechos fundamentales.
La diferencia entre las acciones militares y los rescates humanitarios se evidencia en las consecuencias humanas y sociales. Mientras que las acciones militares a menudo resultan en víctimas civiles y un aumento en la violencia, los rescates humanitarios buscan preservar vidas y promover la seguridad de las personas en peligro. La valoración social de estas acciones también difiere: el rescate de personas en situaciones críticas es ampliamente reconocido y aplaudido, mientras que las acciones militares pueden generar opiniones divididas en la sociedad.
La valoración de la vida y la muerte es un tema fundamental que debe abordarse en cualquier sociedad. La protección de los derechos humanos y la promoción de la paz total requieren una reflexión profunda sobre las acciones que priorizamos como nación. Los rescates humanitarios, que ponen en marcha recursos y esfuerzos para salvar vidas, reflejan una valoración más elevada de la vida y los derechos humanos en comparación con las acciones militares, que a menudo resultan en pérdida de vidas de civiles y violaciones. Es fundamental que la sociedad colombiana en general trabaje hacia un enfoque que ponga la vida y la protección de los derechos humanos en el centro de sus acciones y decisiones.
Qué se parece más a la misión de las Fuerzas Armadas, de la defensa de la soberanía, la independencia, la integridad del territorio nacional y del orden constitucional y el mantenimiento de las condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y libertades públicas, para asegurar que los habitantes de Colombia convivan en paz: ¿La guerra fratricida o el rescate humanitario de niños vulnerables?