Hemos estado tan acostumbrados a aplazar la enfermedad que ahora que se nos pide reposo, debido a este virus mundial, pareciera que no supiéramos qué hacer, es raro quedarse en casa y el pánico nos lanza a manos llenas a los supermercados. Las medidas del gobierno nacional y los gobiernos locales no dan abasto con las consecuencias sanitarias y mortales que ya arrecian; medidas que son el reflejo del debacle, no solo del sistema de salud excluyente, sino de un modelo económico de desarrollo acumulador de pobreza, pues la población con menos poder adquisitivo y menos probabilidades de acceder a servicios básicos es la más vulnerable de contagio, pero sobre todo, la que menos puede establecer medidas de prevención. ¿Qué hacen las madres cabezas de hogar que deben trabajar en la informalidad o en empresas que, a pesar de la gravedad de la actual situación, obligan a seguir trabajando? Y ¿qué deben hacer estos hogares con los niños que el gobierno decretó enviar a la casa?
Las anteriores preguntas me las hago y se las hago al lector para que entre todos podamos pensar y exigirle al máximo responsable de la salud de los ciudadanos, el Estado, que establezca medidas reales y confiables. Sin embargo, con esto no quiero salvar de responsabilidad a cada persona, ya que también de cada uno depende la mitigación y prevención del covid-19. Volviendo a las responsabilidades del gobierno nacional y gobierno local es urgente una coordinación conjunta, no solamente entre los entes territoriales sino también con el sector privado y las empresas que, como ya ha señalado la Cámara de Comercio Internacional (ICC) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), “todas las empresas tienen un papel esencial que desempeñar minimizando la probabilidad de transmisión y el impacto en la sociedad. La adopción de medidas tempranas, audaces y eficaces reducirá los riesgos de corto plazo para los empleados y los costos de largo plazo para las empresas y la economía”[1].
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¿De qué sirve que los niños estén en casa si sus padres, sobre todo las madres cabeza de hogar, deben llevarlos a trabajar con ellas?
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El rol del sector privado y empresarial es clave para la prevención y mitigación de la pandemia, por ello y apelando a la declaración conjunta de ICC y OMS debemos exigir que este sector adopte medidas de protección a sus empleados, clientes y comunidades, pues ¿de qué sirve que los niños estén en casa si sus padres, sobre todo las madres cabeza de hogar, deben llevarlos a trabajar con ellas, o de qué sirve que los padres e hijos estén en casa, en cuarentena, pero no tengan con qué comer o como ir a un hospital en caso de infección? Además de esto, el sector privado y empresarial debe tener en cuenta que ya se presentan desabastecimientos en supermercados, por lo cual no deben empezar a subir precios sino por lo contrario ayudar a garantizar el acceso a alimentos y suministros básicos.
Con base en lo anterior, el gobierno nacional debe convocar, pero sobre todo exigir la responsabilidad social del sector privado y empresarial para actuar conjuntamente en la prevención y mitigación del covid-19 y así tomar medidas capaces de incluir a los sectores pobres de las ciudades y del campo. Ahora mismo es urgente el compromiso de clínicas y hospitales privados para diagnosticar y atender pacientes por coronavirus y esto exige medidas económicas de inversión en personal médico, compra de medicamentos y materiales para brindar atención oportuna y así evitar la propagación. Considero que ya es hora de que los seguros y hospitales privados demuestren su compromiso con la salud y el bienestar y asuman el coste del tratamiento del coronavirus para que este no solamente recaiga en el presupuesto público.
Así mismo, debemos exigir que gobierno y sector privado adelanten la gestiones pertinentes para garantizar los derechos laborales, de protección social y atención médica, en especial de los sectores más vulnerables y los de clase media que cuentan con condiciones laborales precarias porque sobre ellos recae el mayor peso de la crisis causada por el coronavirus. Igualmente se deben garantizar ayudas a las familias menos favorecidas, sobre todo las que cuentan con más niños y ancianos. Para esto último, es necesaria la creación de centros de abastecimientos en barrios y localidades de poblaciones pobres, así como la realización de brigadas médicas en las localidades, barrios y comunas de las ciudades donde ya se presentan casos.
Aunque la responsabilidad de la actual situación y crisis del coronavirus esté en cabeza del Estado y el sector privado y empresarial, también como ciudadanos nos corresponde mitigar y prevenir, pero sobre todo cuidar de los nuestros y solidarizarnos con los demás, por esta razón no podemos olvidar el comercio de barrio, la ayuda mutua entre vecinos y sobre todo, nuestro sentido de hermandad para prevenir muertes que son posibles evitar si pensamos y actuamos más allá del pánico y olvidamos el principio individualista sálvese quien pueda. Esta batalla es de todos sin importar condición social, étnica, sexual ni económica.
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[1] Declaración conjunta ICC y OMS: un llamamiento a la acción sin precedentes dirigido al sector privado para hacer frente a la Covid-19. 16 De marzo de 2020
