De todas las desigualdades, la peor es la de la falta de conectividad a internet. Nadie sale a protestar por falta de acceso a internet en estos tiempos de pandemia. Primero, por supuesto, están el empleo y la comida. Sin embargo, internet será la fuente principal de trabajo en pocos años. La cuarta revolución industrial, gracias al covid-19, se está acelerando y el acceso a internet será determinante para que niños y jóvenes puedan aprovecharla.
Nadie sabe cuándo ni cómo va a terminar la pandemia. Lo que sí sabemos es que algunas inequidades que ya venían de atrás, aunque no parecían estar en primera línea de las preocupaciones de medios, dirigentes públicos y privados, ni de la llamada sociedad civil, quedan al desnudo con el coronavirus. Los efectos sanitarios y económicos para sectores de la población que, en determinados ámbitos, están en pie de desigualdad, son devastadores.
Para mencionar solo algunas inequidades que se revelan en la época de pandemia, el acceso a los servicios de salud marca una diferencia enorme de cara a la forma en que personas contagiadas son atendidas; el nivel de estrechez de las viviendas y el acceso a espacios verdes que, en general, afectan a los más pobres; personas en distintos tipos de situación de discapacidad física o mental, afectados de manera grave por la cuarentena; el grado de acceso a trabajos virtuales; la brecha digital.
De todas, la que puede tener el mayor impacto en la futura sociedad colombiana, es la del acceso a internet. El esfuerzo de la sociedad por superarla será la medida hacia una mayor equidad social y económica. No apostarle a la democracia en el acceso a internet y, en general, a las tecnologías de la información, equivale a condenar a millones de niños y jóvenes a condiciones de vida indignas en un futuro que, en realidad, ya se asoma.
El diagnóstico ya era conocido antes del covid-19, aunque poco se hablaba de él. Prácticamente la mitad de los hogares colombianos carece o no puede acceder a internet, bien por falta de conectividad o de dispositivos para hacerlo. Los perjudicados están en las zonas más pobres de las ciudades, en amplias zonas de las costas atlántica y pacífica, en los antiguos Territorios Nacionales. Y, tristemente, en el campo colombiano, sea en áreas rurales de la misma Bogotá, o en cualquier departamento. Con excepción de los celulares, pese a los costos de la recarga, ni internet ni computadores ni tabletas están presentes en la gran mayoría de hogares campesinos colombianos.
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Millones de niños y jóvenes colombianos han estado en desventaja por física imposibilidad de conectarse a sus clases virtuales
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Es obvio, entonces, que millones de niños y jóvenes colombianos han estado en desventaja por física imposibilidad de conectarse a sus clases virtuales. El afán de salir adelante ha hecho que padres de familia y docentes, en zonas de acceso deficiente a internet, en medio del confinamiento, propicien que los niños hagan algunas de sus tareas por celular, bien por mensajes de texto o el uso, cuando es posible, de aplicaciones como wasap. Sin embargo, la desigualdad frente a los niños que pueden acceder a la virtualidad es rampante...
Por acceso o por ausencia de cultura digital, centenares de miles de empresas han carecido de la posibilidad de continuar sus labores por la vía digital. Ajenas al teletrabajo, la pandemia las ha colocado en mayor desventaja.
No obstante, los mayores impactos de la brecha digital los sentiremos en un futuro no lejano. La inteligencia artificial, la computación en la nube, la impresión 3D, la robótica, son algunas de las tecnologías que, fuertemente vinculadas con las digitales, cambiarán los mercados laborales de manera radical. Es la cuarta revolución industrial que se acelera…
Prepararse formando niños y jóvenes con las competencias requeridas para las nuevas realidades laborales es una obligación.
El prerrequisito: conectividad para todos. Ningún plan de reactivación económica que pretenda una visión estratégica tendrá validez si no existe la voluntad de garantizar la conectividad a internet y el acceso a dispositivos a todos los niños y jóvenes colombianos.