Que contradicción: Los taxistas se quejan por el transporte informal y la competencia irregular de UBER ¿Será que olvidan que su oficio es uno de los más informales del país? Me explico: no reciben prestaciones sociales (seguridad social, pensión, cesantías, casa de compensación, etc.); no cuentan con un salario estable, pues su paga se deduce de lo producido en la jornada diaria, no reciben dotación, no los capacitan para su trabajo, no están amparados por riesgos profesionales y no se encuentran vinculados a una corporación que certifique su labor.
¿Y las empresas? Las empresas a las que los vehículos de servicio público se afilian solo sirven, en este caso, para otorgar cupos de funcionamiento, emitir planillas, estandarizar tarifas y hacer reclamaciones, además el servicio que ofrecen los taxistas no siempre es el mejor: carros supremamente compactos y poco confortables que no cumplen las mínimas normas de seguridad, poca amabilidad y cortesía de parte del conductor, operación temeraria del vehículo y la negación de la prestación del servicio en distancias largas, son algunos de los factores que obligan a los usuarios a buscar medios de transporte alternativo, más económicos o de mejor calidad.
Así pues, el llamado, señor taxista, es que la próxima vez que decida hacer “plan tortuga” o protestar por la competencia “injusta” y la piratería mire primero puertas para adentro, evalúe el servicio que ofrece y, sobre todo, el funcionamiento del sistema del que hace parte, el cual promueve la irregularidad, no ofrece garantías y viola sus derechos laborales.