Partamos de lo básico, no soy seguidor del Centro Democrático y mucho menos de la senadora María del Rosario Guerra. Sin embargo, creo que se atrevió a tocar un tema que siempre causa ampolla, pero que nos pone en el radar justamente a los hombres, a quienes jamás se nos pide opinión, pese a que somos la otra mitad del asunto, la ignorada y nunca escuchada. Además, cuando nos manifestamos al respecto recibimos una fuerte censura e injustamente no podemos defender nuestra posición, porque, creanlo o no, a la mayoría de hombres nos duelen nuestros hijos y haríamos cualquier cosa por ellos.
Hace ya varios meses, una pareja esperaba un bebe y de algún modo la señora decidió abortar pese a los ruegos del padre. No era ese bebé un embrión, ya que el embarazo estaba avanzado y poco quedaba para el alumbramiento. Eso levantó polémica, tanto por la situación en sí misma como por el rol de Profamilia, que practicó el aborto y por eso se vio envuelta en el escándalo (de paso generó un malestar por lo que muchos consideraron algo totalmente arbitrario e innecesario). Hasta el afamado Fabián Sanabria salió al paso defendiendo semejante acto, diciendo que el aborto es cuestión solo de mujeres, no de machitos, y que son ellas quienes deben decidir. Si bien él es libre de dar su opinión, en cierto modo se mete en algo que él mismo jamás podrá conocer, no solo porque al ser LGBTI jamás podrá, al menos por elección propia, embarazar a una mujer, sino también porque mucho menos podrá entender ni asumir, por más sociólogo que sea, cómo se da el rol de padre en una pareja heterosexual.
Aquí el problema es que ya están apareciendo comentarios como el de una columnista llamada Natalia Ramírez, quien plantea que eso es obligar a las mujeres a pedir permiso a los hombres para abortar y corona su absurda idea con que eso incluirá hasta las víctimas de violación, pero resulta no ser así por los siguientes motivos:
- Hay una serie de sentencias que garantizan los derechos de las víctimas de violencia sexual reglamentadas desde 2006 e incluso precedentes legales desde 1998
- La Resolución 000459 de 2012 reglamenta las protocolos de atención que incluye un tratamiento hormonal profiláctico para evitar embarazos fruto de la violación si es reciente (menos de 72 horas), otro tratamiento profiláctico para evitar ETS y VIH, y en caso de estar ya embarazada, está legalmente reglamentado el aborto o interrupción voluntaria del embarazo aun por encima de la objeción de conciencia del personal asistencial, o de la de los padres si la víctima es menor de edad, e idealmente en todo el proceso debe haber el acompañamiento de psicología.
- Como en Colombia la salud es un derecho, no solo se garantiza legalmente la atención de la víctima, si no que así no esté afiliada a EPS alguna o Sisbén, en pocas palabras, esta atención se hace o se hace.
Declaraciones irresponsables como las de la Natalia Ramírez están al mismo nivel del mito absurdo que cada cierto tiempo promueven los medios de comunicación o los colectivos feministas cuando argumentan que la atención medica cuando se presentan las violaciones representa una segunda violación, creando miedo. Eso genera más desconfianza en las ya agraviadas víctimas y, lo peor, es que así se garantiza la impunidad del culpable de los hechos, porque no hay oportunidad de atención médica, psicológica y mucho menos legal sino se pueden reunir pruebas de los hechos.
Creo que es adecuado abrir también los espacios de atención a los padres de los bebes, si bien es cierto que los bebes se desarrollan en el cuerpo de las mujeres, resulta que el niño ya es portador de sus propios derechos y si alguno de los padres quiere criarlo, pese a las negativas de otro, no hay por qué no permitirlo.
¿Por qué negarle esa oportunidad tanto del padre para cuidar a su hijo como del hijo de vivir? Las mujeres los han hecho por muchos años, pero si somos nosotros quienes reclamamos nuestro derecho entonces resulta que nos lo niegan, que somos machistas y que merecemos morirnos junto con nuestro hijo abortado. ¿Dónde está la supuesta igualdad de derechos humanos y reproductivos para los padres, donde está el derecho a la vida del niño? ¿Por qué este tema no se trata como el asunto de familia que es, en lugar de un problema de género? ¿Por qué se le da solo a la madre el derecho de la vida y la muerte de un niño cuando los hijos no son solo de ellas?
La generación que está al mando en este momento viene de una gran cantidad de hogares uniparentales, especialmente solo con madre y padre ausente, eso crea políticas retorcidas y revanchistas, además alineadas con una falsa búsqueda de libertad, de garantizar derechos, tanto de género como de “diversidad sexual”, políticas en las que obviamente los hombres heterosexuales no estamos incluidos.
Por si fuera poco, el aborto se empieza a ver como algo normal, como sonarse la nariz. Mujeres como la actriz Michelle Williams y la recientemente fallecida Naya Rivera no se sonrojaron al confesar el asesinato de sus hijos: por ganar un globo de oro en el caso de Williams y por avanzar en su carrera actoral con la serie Glee en el caso de Rivera (por cierto nada muy destacable que digamos la carrera de ambas actrices). Sea como sea, ellas dan el mensaje retorcido de que está bien ser filicida con tal de hacer una carrera exitosa en lo que sea... Williams hasta lo dijo como parte de su discurso aceptando el premio y Rivera también, eso sí con la infaltable victimización que en estos casos estaba de más (todo ese show para finalmente tener un hijo con el mismo hombre a quien le abortó su primogénito años antes y su carrera, pues seguía sin mostrar a futuro nada memorable).
Aun así, los defensores del aborto siguen repitiendo como loros que eso es porque las mujeres son dueñas de su cuerpo y es su derecho. Además, mientras se escandalizan por un pollo hormonado por Monsanto, niegan la vida y la humanidad de los niños o quieren hormonarlos como un pollo de Monsanto por colocarse el vestido de su tía y justifican de mil maneras esos actos, sin importarles, por ejemplo, lo superficial o frívolo de las razones que derivaron en la muerte de los niños de las actrices.
Hay muchos hombres que reconocieron a sus hijastros como si fueran propios, pero resulta que una vez separados de las madres de los niños les es casi imposible legalmente desatarse de esa responsabilidad, porque, según los juzgados de familia colombianos, predomina el derecho a la vida de los niños y garantizar su manutención. ¿No existe ningún derecho para dejar de hacerse responsable de un hijo que no es propio así el matrimonio o unión se haya disuelto? ¿Acaso nuestro rol de padre solo está restringido a dar dinero y cubrir las obligaciones económicas?