Más fuerte que la enfermedad misma, causada por la Covid-19, es lo que ocurre con los más necesitados que, no tienen posibilidades de trabajar. Muchas empresas están totalmente cerradas y, adicionalmente, las personas no pueden salir a las calles, debido a las medidas drásticas tomadas por el Gobierno para evitar el contagio de la epidemia. En una situación tan grave, los más pobres terminan transformados de víctimas a victimarios.
Algunos gobernantes, utilizando calificativos como irresponsables, infractores, delincuentes y toda suerte de improperios, condenan, a los más vulnerables, al rechazo y a la discriminación social, justificando desmedidas acciones policiales, con las cuales, agreden a quienes no cumplen la cuarentena. Quienes protestan en algunas ciudades porque no tienen alimentos son, fuertemente, atacados por la Policía. Una vez sucede esto, desde las cuentas de redes sociales y webs de las entidades públicas, como si fuera un gran logro de sus gobiernos, publican videos de los operativos, afirmando que se lo merecían por infractores.
Estos momentos de dificultad, son escogidos para realizar, desalojos de personas que están ocupando predios que no son de su propiedad. Muchas familias quedan sin vivienda, niños, ancianos y personas discapacitadas. Puede sonar aberrante; pero, ocurre que, una vez, los ciudadanos, están en las calles, nuevamente, son multados por las autoridades porque no están confinados. Lo cierto es que no tienen donde vivir.
Las familias de menos recursos que, sufren por la carencia de ingresos, vivienda y comida, no tienen alternativas para su sustento, deben salir, arriesgándose a la enfermedad y a ser agredidas por las autoridades. Las ayudas estatales, se quedan cortas. La pandemia y el Estado injusto, castigan, doblemente, su condición de vulnerabilidad. Para algunos políticos en el poder, los pobres, solo les sirven en elecciones; después, parecieran un estorbo que, genera gasto y, deben ser erradicados, incluso por la fuerza.
Se completan 15 días de los desalojos en Altos de la Estancia, en Ciudad Bolívar, donde había al menos 350 ocupaciones. Hoy aún permanecen 70 familias, que aseguran no haber recibido mayores alternativas por parte de la Alcaldía en plena pandemia.
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— Mauricio Alvarado (@photomauricio) May 18, 2020