Hace dos años, durante la entrega de los premios Gabriel García Márquez en Medellín, Rubén Blades le contó a Alberto Salcedo Ramos, que en una investigación realizada en Panamá, se estableció que los porcentajes de desnutrición infantil correspondían con los porcentajes de deserción escolar. “Nos llamó la atención porque los porcentaje eran idénticos”, dijo Rubén en un tono cargado de sorpresa.
Luego de explicarle al periodista que los problemas en todas las partes son iguales, soltó el porqué de la conexión entre las dos situaciones: “Cuándo suspenden los desayunos escolares en las escuelas públicas, los padres dejan de enviar a los pelaos”. Hizo una pausa y exclamó, como quien agrega nuevos versos a una canción: “Los enviaban, no para que se educaran sino para que comieran, aunque sea una vez al día”.
“¿Qué es entonces lo más importante?” Insinuó la pregunta y respondió: “Siempre decimos educación, y yo decía: no, no, lo más importante es la salud, porque un niño enfermo no aprende. Tú vas entendiendo cosas y vas adquiriendo una percepción más real de las necesidades, pero es bien complejo, el asunto no es fácil”, cerró Rubén su reflexión.
Evoqué esa entrevista luego de que la Contraloría Nacional estableciera que los colegios rurales del Caribe reciben menos del 57 % de los alimentos contratados. Eso quiere decir que si en una escuela hay 50 niños, las raciones entregadas alcanzarían solo para unos 28,5 % niños, y… 21,5 niños se quedarían sin alimentos.
Las raciones faltantes, según la Contraloría, sumarían unos 900 millones, solo en el departamento de Bolívar.
Pensemos entonces que si cada niño se come una porción de carne de 200 gramos, el operador del programa de alimentos, si es honesto, responsable, o en últimas, pensemos que tiene o tuvo un hijo en edad escolar, debería entregar diez mil gramos de carne para los 50 estudiantes, pero como entrega el 57 % de esa ración, dará 5.700 gramos.
La encargada de preparar los alimentos, que es una señora y madre de la comunidad, comienza a dividir los 5.700 gramos de carne, entre los 50 estudiantes del colegio, y concluirá que deberá disponer en cada plato 114 gramos.
Si pensamos que así sucede con el arroz, las frutas, la ensalada, los plátanos o las papas, el programa de alimentación escolar, en realidad trabaja por la desnutrición de los niños que es igual a trabajar en la paulatina e imperceptible destrucción cerebral asociada con la desnutrición. Un daño irreparable.
En un recorrido por escuelas rurales de Bolívar, en corregimientos y veredas como Las Palmas, El Bálsamo, Macayepo, Nueva Esperanza, o Caracolí, reconocemos otros problemas que afectan, como dice Rubén Blades la salud de los niños, que no solo están relacionadas con los alimentos pactados, sino con todo aquello que afecta la salud.
Si la alimentación es el problema para mostrar, mañana será el transporte, hay niños que caminan hasta dos horas para llegar al colegio, luego serán las condiciones de preservación de los alimentos, o los baños, o los techos que no existen o están a punto de caerse.
Si cada uno de los ciudadanos de la región interpusiera una tutela,
la Corte Constitucional debería declarar
el Estado de cosa inconstitucional en el Caribe colombiano
Si cada uno de los ciudadanos de la región interpusiera una tutela, la Corte Constitucional debería declarar el Estado de cosa inconstitucional en el Caribe colombiano, como lo ha hecho en otros asuntos. Se han constatado violaciones reiteradas de derechos fundamentales y se hace necesaria la intervención de toda la gama de entidades del Gobierno.
Conocimos de maestros que van dos días a la semana. Puestos de salud sin dotación, sin médicos, uso del modelo de Escuela Nueva, implementado en la década del 70 y congelado hasta nuestros días. Salones sin techo, salas de internet sin internet, cabinas de teléfonos sin teléfonos, baños sin baños ni agua, comedores sin mesas, escuelas sin maestros… problemas complejos que van más allá de las raciones no entregadas.
Tendríamos que hacernos la misma pregunta de Rubén Blades ¿Qué es lo más importante? ¿Educación? ¿Salud? ¿Internet? ¿Agua? ¿Vías? No, no, no. Lo más importante es acabar con ese sistema de gobierno delincuencial depurado, que no permite que eso otro suceda. ¿Cuándo comenzamos?
Se sugiere ver las fotos.
Estudio cielo abierto, La Esperanza, María la Baja
Tomada agua. Colegio Macayepo
Letrina colegio Nueva Esperanza, María la Baja
Puesto de salud , Macayepo
El bálsamo, tres torrejas de bollo
Las Palmas
