Es indignante ver a hombres que no brindaron afecto y compañía a sus hijxs biológicxs (200.000 pesos mensuales no es paternidad) pontificar contra el aborto.
También lo es ver a personas que nunca adoptarían oponerse a la decisión de la corte.
Así mismo, ver a personas que están en desacuerdo con la desigualdad e injusticia social condenar el derecho a la autonomía de las mujeres.
O ver a personas que promueven el linchamiento de niños y adolescentes que se apropian de carteras y celulares en las calles criticar la interrupción voluntaria del embarazo.
O mujeres estrato siete (las que más abortan) criticar que ahora las mujeres pobres también lo pueden hacer en condiciones dignas.
O curas y pastores, cuyas casas de culto son antros de abuso sexual, poligamia y pedofilia, autoproclamarse defensores de los derechos de fetos y embriones.
Si de verdad quieren ser PROVIDA deberían amar, acompañar y pedirles perdón a sus hijxs biológicxs abandonadxs, deberían adoptar, deberían luchar contra la injusticia y desigualdad social, deberían proteger el medioambiente y luchar contra el cambio climático.
Deberían intentar gobernar de la mejor manera posible sus propios cuerpos y no pretender gobernar el cuerpo de las otras; deberían cerrar las iglesias y en su lugar construir parques, bibliotecas y escuelas.
Tenemos que mejorar, aún somos una sociedad bastante hipócrita y machista. Parece que nuestra masculinidad es bastante frágil.