A lo largo de la historia se han desencadenado múltiples revoluciones e innumerables guerras con el único objetivo de conceder al hombre libertades, derechos y privilegios en pro de su desarrollo como persona. Son muchos los que han muerto, bastantes los que han peleado, pero son más los que lo continuarán haciendo. ¿Será que todo lo hecho quedará en vano?, ¿será que otra vez queremos volver a la época donde los derechos solo los ostentaban unos pocos?, ¿donde mi opinión o la suya no importaban?
A veces es difícil de entender lo que pasa con la gente, el por qué de su indiferencia y desinterés. Creo que a nadie más que a nosotros mismos debería importarnos lo que pasa en nuestro país. Sin embargo, pareciera que solo a unos cuantos les interesa lo que pueden desencadenar las decisiones tomadas por alguien elegido solo por la cuarta parte del pueblo. Tal vez es por eso que somos un país que va de mal en peor, todo gracias al imperante desinterés de muchos.
Pero eso no es todo. Basta salir a la calle para entender que el hecho de interesarse por lo que sucede a diario en nuestro territorio es una tarea exclusiva de periodistas inútiles, que pierden su tiempo informando no solo sobre las consecuencias sino sobre los alcances que puede tener la implementación y aprobación de políticas públicas por parte del Estado, que para algunos van dirigidas únicamente a pequeñísimos sectores (como lo son el educativo, el laboral o el familiar), sin darse cuenta de que dichas estrategias, como las llaman ahora, no solo afectan al pequeño, también al mediano y al grande, esto haciendo referencia a empresas, grupos, clases sociales, personas... en fin, todo el mundo tiene que ver en este rollo y por lo tanto a todos nos debería importar.
Por otro lado, es triste ver un día después de una consulta, como fue la anticorrupción, que se supone debería ser importante para todos pues es la muestra del repudio del pueblo a una conducta que ha destrozado este país, cómo algunos periódicos se lamentan en sus portadas por no haber superado el umbral, todo por la falta de participación. Lamentablemente, a este país solo le interesa estar pendiente de la última tendencia americana, de la nueva aplicación que cambiará la vida... o si se interesan solo les importa que sigan existiendo conflictos entre partidos o tendencias para así seguir agravando la polarización ya existente, esto para después continuar con la ráfaga de críticas y opiniones tales como: que hubo fraude, que la consulta no era vinculante, que por qué los títeres pueden ser presidentes, que nos van expropiar la casita... en fin, de todo se ve en este país.
Con esto en mente, deberíamos estar realmente preocupados por el problema de la abstención y la manera en la que se vota en esta país, muchos van a las urnas sin saber las consecuencias de sus decisiones. Ahora bien, para que este pueblo despierte hay dos opciones: esperar algo radical y contundente que afecte a todo el pueblo y haga que este se levante de manera violenta y agresiva; o empezar cambiando nuestra mentalidad y la del naciente ciudadano, desde la órbita del colegio y la universidad, con la ayuda de políticas públicas a favor de la formación de una mejor ciudadanía, que entienda que los problemas de la nación son de interés general y no de unos pocos.
Finalmente, entendiendo el problema y dando algunas posibles soluciones pero manteniéndonos en un nivel más realista y menos ficticio se dirá que dicho asunto es igual o peor que una enfermedad, difícil de curar y en el que muchas veces lo que se busca es reducir sus efectos para no seguir agravándolo. Creo que esta enfermedad será muy complicada de tratar. Aunque muchos continuarán en la lucha, será muy poco lo que lograrán, pues cambiar los genes de una persona y esperar la implementación de medidas gubernamentales por parte de nuestros dirigentes no será nada fácil.