Del exguerrillero de las Farc Hernán Darío Velásquez Saldarriaga se ha dicho de todo. Desde que le dicen el Paisa y Óscar Montero, hasta que, hace ya muchos años, trabajó para el temido capo del narcotráfico Pablo Escobar.
El Paisa es el mismo personaje que, según las autoridades, estuvo detrás del atentado en 2003 al Club El Nogal de Bogotá, con saldo de 36 muertos y unos 200 heridos. También asesinó a casi toda familia Turbay Cote y fue el autor del secuestro masivo en el edificio Miraflores de Neiva, en julio de 2001.
Adicionalmente dio la orden de asesinar en 2006 a casi todos los concejales del municipio de Rivera, en el Huila. Y a finales de 2009 sus hombres –de la columna móvil Teófilo Forero de las Farc– degollaron al entonces gobernador de Caquetá Luis Francisco Cuéllar.
El Paisa volvió a ser noticia cuando trascendió que había abandonado la zona veredal de Caquetá, en la que se protege, y que eventualmente había tomado distancia del proceso de paz que se concretó en La Habana. Se ausentó por unas horas pero regresó, lo que fue un respiro para algunos en el Gobierno.
Pero lo que no sabíamos del Paisa era que abusaba de las guerrilleras que estaban bajo su mando. En efecto, el lunes Noticias RCN publicó la entrevista de una ex rebelde, Vanessa García, quien aseguró que “cuando cumplí mis 11 años empezó el Paisa a abusar de mí. Me llevó una vez supuestamente a atender una gente y por allá abusó de mí”. Según dijo la joven mujer, “mi primera relación (sexual a los 11 años) fue una violación”. Agregó que toda menor de edad que llegaba a los campamentos donde mandaba el Paisa pasaba por sus manos.
Cuando Vanessa cumplió sus 15 años, le dijo al Paisa que ya estaba hastiada de las constantes violaciones y por eso éste determinó entregarla a otro cabecilla guerrillero, quien también abusó de ella. En tres oportunidades Vanessa quedó en embarazo y en las tres fue obligada a abortar. Su primer embarazo, a los 13 años, fue del Paisa.
Es claro que este tipo de crímenes, como los cometidos en contra de la humanidad de Vanessa, no pueden ser pasados por alto. Uno entiende que los defensores de las Farc esperen que estos delitos de lesa humanidad no sean ventilados públicamente y pasen de agache. Pero el derecho internacional dice otra cosa: este tipo de atrocidades tienen que ser juzgados y condenados con toda la severidad del mundo.
El problema es que el Paisa es demasiado importante en las Farc y allá todo el mundo le tiene miedo. Antes de dejarse poner un dedo encima preferirá volver a las armas y a sus andanzas conocidas.
Es tal la indolencia y la altanería de esta gente que, recientemente, el famoso Jesús Santrich insultó a un periodista de Noticias RCN porque le preguntó a otro cabecilla de esa organización por la práctica del aborto en el frente que él comandaba. Y eso que esto apenas está empezando con las Farc. Cómo irá a ser cuando se cojan más confianza.
Como dizque ahora las Farc son una organización política,
lo más sensato sería que los altos mandos se dieran la pela
y ofrecieran excusas públicas por semejantes crímenes
Como dizque ahora las Farc son una organización política, lo más sensato sería que los altos mandos se dieran la pela y ofrecieran excusas públicas por semejantes crímenes. Pero no lo van a hacer por dos razones: la primera, según dijo la Fiscalía General de la Nación en su momento, el aborto es una práctica impuesta a las guerrilleras para no perderlas como combatientes, ¡hágame el favor!
La segunda, porque "no es nuestra organización la que les ha arrebatado el derecho (a las víctimas de abortos obligados) de ser madres, sino la guerra que nos han impuesto los que detentan el poder”, según leímos a las Farc en un comunicado honrado y noble que nos convenció de lo hipócritas y descaradas que son las víctimas de violaciones…