“Capturan al director de la Fiscalía Anticorrupción”. Este titular, según quién, cuándo y dónde se lea, puede parecer un chiste flojo, una afirmación absurda o una historia de terror. Mientras el país todavía hablaba de la entrega final de armas y la desaparición de la guerrilla más antigua de América, la vicefiscal general de la Nación, María Paulina Riveros, informaba que uno de los funcionarios más poderosos de la Fiscalía General de la Nación, quién estaba al frente de más de 100 000 investigaciones de corrupción entre las cuales figuran Odebrecht, Reficar, Canal Isabel II-Inassa, Cartel de la Hemofilia y Saludcoop, había sido capturado por los delitos de conspiración para promover soborno y corrupción en Estados Unidos y Concusión en Colombia. ¡Increible! ¡Impensable! Desafortunadamente, no. En nuestro caso, una noticia más.
Con incomodidad notoria la vicefiscal Riveros leyó el Comunicado de Prensa 164 en el cual se informa de la captura, se describen las acciones que llevaron a la misma y se agradece a 5 agencias federales estadounidenses por la efectiva cooperación en el caso. Según dicen el ente acusador, y lo informan medios de comunicación, el exdirector nacional de Fiscalía Anticorrupción exigió el pago de un soborno, parte del cual recibió, al investigado exgobernador de Córdoba, Alejandro Lyons (quien ya ha dado su versión a la Fiscalía sobre el asesinato del director de Regalías de Córdoba Jairo Zapa), para incidir en decisiones dentro de los procesos que se le siguen en temas de manejo de regalías en su territorio.
Luis Gustavo Moreno, el exdirector capturado, es abogado de la Universidad Libre y llevaba 9 meses en su cargo. A sus 35 años, tiene tres maestrías y es docente, investigador, conferencista internacional y ha sido abogado litigante en temas penales. Ha publicado 4 libros y ha trabajado en la Comisión de Acusaciones del Congreso, la Secretaría de Gobierno y la Personería de Bogotá. Según el portal La Silla Vacía, sus contactos van desde el mundo político (miembros de Cambio Radical, Partido Liberal y Centro Democrático) hasta las altas cortes (exmagistrados como Leonidas Bustos y Francisco Ricaurte). En los últimos años, los medios de comunicación y ciertos ámbitos políticos destacan la publicación de su libro, El falso testimonio, en el que, tras una investigación de 3 años en compañía de fiscales, sicólogos, periodistas y exmagistrados, pone el dedo en la llaga sobre la grave problemática de los falsos testigos y sus profundas y nocivas consecuencias para el sistema judicial, las vidas de las víctimas y la sociedad en general. Una carrera brillante y meteórica que se estrella con las pruebas del gobierno federal de EE. UU.
Al lado de Moreno y como presunto coautor de los mismos delitos se capturó al penalista Leonardo Pinilla. Este abogado monteriano ha estado al frente de la defensa de algunos de los sindicados por el gran desfalco a la salud en Córdoba conocido como el Cartel de la Hemofilia el cual se calcula en cerca de 60 000 millones de pesos. Parece ser que el exfiscal Moreno y el apoderado Pinilla tenían montado un lucrativo negocio por medio del cual le ponían precio a actuaciones, u omisiones, para beneficiar a sindicados o posibles sindicados de delitos de corrupción que pudieran pagar sus servicios. En el caso del exgobernador Lyons y aunque las pruebas son contundentes la Fiscalía nunca actuó y permitió que este viajara hace meses sin requerimiento alguno a EE. UU. La nada despreciable suma de 1 millón de dólares es el supuesto primer soborno de la dupla Moreno-Pinilla al exgobernador Lyons. Este no ha sido el único caso en el que esta dupla negociante ha tenido relación con un exgobernador. Tanto Moreno como Pinilla han sido apoderados del exgobernador de Antioquia Luis Alfredo Ramos en su proceso ante la Corte Suprema de Justicia. Pinilla reemplazó a Moreno cuando este se posesionó en la Fiscalía y hasta abril de este año seguía al frente del proceso en el cual Ramos espera sentencia. Ojalá no haya sido también víctima de estos.
¿Qué tal un director de Fiscalías negociando testimonios
a favor de sus “financiadores” a cambio de principios de oportunidad
o beneficios para otros procesados o condenados?
Imagínense ustedes el poder absurdo y malévolo que puede tener un equipo de extorsionistas o “tramitadores” conformado por el máximo encargado de la lucha contra la corrupción dentro de la Fiscalía General de la Nación y un abogado defensor. El acceso a la información reservada; la posibilidad de movilizar los recursos del ente investigador y acusador (interceptaciones, seguimientos, análisis de datos, etc.); la capacidad de tomar decisiones estructurales dentro del proceso y la aterradora posibilidad de negociar no solo la desviación o cesación total de un procedimiento (pago porque no me vinculen), sino también la apertura y el avance de otros procesos (pago porque vinculen y judicialicen a otro o a otros). ¿Qué tal un director de Fiscalías negociando testimonios a favor de sus “financiadores” a cambio de principios de oportunidad o beneficios para otros procesados o condenados? Terror.
Nietzche decía: “Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti". Luis Gustavo Moreno, sobre quien aun existe la presunción de inocencia, parece haber mirado demasiado tiempo dentro del abismo de los testigos falsos y su captura ha fracturado aun más la ya aporreada imagen de nuestra justicia. ¡Ay, país!