En estas cortas líneas se intentará dar visión al panorama que se presenta ante la controversia de las votaciones de Congreso.
Primero, hay un nuevo llamado choques de trenes: el sistema tripartita de Colombia hace muchos años viene siendo vulnerado por el Ejecutivo auspiciado por el presidente de la república, cuando los partidos de oposición pidieron el conteo voto a voto, la Registraduría hizo caso omiso, pero como es ya costumbre sale el honorable presidente Iván Duque y dice que debe haber un reconteo de votos. Y no es la primera vez donde el señor en cuestión ha salido a desafiar a jueces y magistrados, y pareciera que el Ejecutivo no hay quien salga y le ponga el bozal; el presidente no puede ni tomar partido a favor de nadie ni opinar en cuestiones de procesos electorales.
Segundo, los jueces de la república están en tela de juicio, si ellos fueron los garantes en el proceso de conteo y de verificar la cadena de custodia, entonces ellos están dado la buena fe de que ese es el resultado; si se hace un reconteo de votos, se estaría sumiendo que los jueces y notarios de Colombia no saben ni contar ni leer, lo que da pie a que cualquier ciudadano ponga en duda en cualquier momento el fallo de un juez o la acción de un notario. Como no saben ni leer ni escribir, entonces todo lo que hagan estará siempre en duda y cualquier evidencia luego de que se rompa la cadena de custodia deberá ser admitida, en cualquier momento de un proceso y aun así ya se haya dado un fallo se deberá aceptar.
Tercero, se debe dejar claro que no son los ciudadanos quienes tienen una duda en el conteo de los votos, son dos personajes, el señor Uribe y el señor Pastrana. Salir a desconocer estos resultados y presionar por un reconteo que legalmente es inviable los convierte en dos sujetos que están haciendo un llamado a desconocer lo que dice el pueblo y sublevar un sector de seguidores, eso se llama «rebelión», la cual es penalmente castigada, porque se está desconociendo las acciones de un Estado democrático e invitando a una conflicto civil entre quienes votaron y el sector que desconoce los resultados.
Cuarto, el señor registrador fraguó un posible fraude al crear cartillas poco claras para los jurados y los votantes. Una capacitación que es deficiente llena de errores y da pie a personas que esperaban inflar los resultados hacia su sector político, al sacar a los docentes que son los garantes del proceso del preconteo o escrutinio, ya que el docente sabe que cualquier acción dudosa que realice en las votaciones puede ir desde la destitución por acción disciplinaria y con posible cárcel por tal acto de corrupción.
Por lo tanto, como los jueces de la república son los garantes del proceso en el conteo y la ley no permite un reconteo de los votos y se perdió la cadena de custodia de esos votos y formularios, se deben aceptar lo que ya se dio como resultado.