Durante más de tres años al frente de la fase exploratoria el jefe de la delegación Frank Pearl alcanzó a construir una hoja de ruta con seis puntos específicos para echar a andar un diálogo entre el gobierno y las Farc, con equipos de 30 negociadores instalados en Ecuador y con una amplia participación ciudadana y de comunidades. El presidente designará a un nuevo jefe de la delegación que deberá seguir la ruta que dejó trazada la primera avanzada del gobierno en cabeza de Pearl y que ahora puede tener nuevos protagonistas pero con una misma receta.
Los seis puntos de la agenda a negociar son:
1- Participación de la sociedad en la construcción de la paz
Se podría decir que es el eje principal del proceso y la idea es que esa participación se dé en función de iniciativas y propuestas que hagan viable la paz. Esos planteamientos tienen que ser sobre los temas de la agenda.
2- Democracia para la paz
Apunta a la realización de un debate que permita examinar la participación y las decisiones de los colombianos en los problemas que los afectan y la manera como se tratan los conflictos, en aras de la construcción de la paz. Se plantea, además, hacer una revisión sobre el marco normativo y las garantías para la manifestación pública, y el tratamiento de la situación jurídica de los sindicatos y condenados por actos en el desarrollo de la movilización social.
3- Transformaciones para la paz
A partir de las propuestas de los ciudadanos, Gobierno y ELN se comprometen a plantear y desarrollar programas transformadores para superar la pobreza, la exclusión social, la corrupción y la degradación ambiental, en busca de una verdadera equidad. Y se buscaría la creación de planes alternativos integrales con enfoque territorial, que den opciones económicas y productivas que beneficien a las comunidades.
4- Víctimas
Hay consenso en que la construcción de una paz estable y duradera solo será posible si hay reconocimiento a las víctimas y sus derechos, con base en verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición y no olvido. “El conjunto de estos elementos fundamentan el perdón y proyectan el proceso de reconciliación”.
5- Fin del conflicto armado
Se trata del punto que pone sobre la mesa la definición de la situación jurídica de los integrantes del ELN, las condiciones y garantías de seguridad y la posibilidad para el ejercicio de la política, ya como un movimiento o partido legal. También abordará lo concerniente a la privación de la libertad de los miembros de esa guerrilla procesados o condenados (indulto y amnistía) y el esclarecimiento del fenómeno del paramilitarismo. Y, por supuesto, se incluye aquí el cese al fuego bilateral, la dejación de armas y los actos humanitarios que sirven para construir confianza, como por ejemplo el desminado o la entrega de información sobre desaparecidos.
Según aclaró el presidente Juan Manuel Santos en su momento, en este punto y en el de Víctimas se tendrá en cuenta lo negociado con las FARC en La Habana. “No vamos a acordar una nueva Comisión de la Verdad, ni un nuevo Tribunal para la Paz, ni nuevos procedimientos para el cese al fuego y de hostilidades definitivo, ni una nueva Misión Internacional de Verificación”, dijo.
6- Implementación
Se trata de la ejecución de lo acordado para “materializar los cambios que permitan pasar del conflicto armado a la paz”. Esa implementación estará definida por un “Plan General de Ejecución”, que incluirá mecanismos de control, seguimiento y verificación, con la participación de la misma sociedad civil y la comunidad internacional. Se tendrá un cronograma definido y al igualo que sucedió con las FARC, plantea llegar a un acuerdo para refrendar lo pactado y, de esta manera, proyectarlo hacia el futuro.