Dejar a un menor de edad sin el cuidado que requiere es considerado como un delito. Casos como el que se describe a continuación son los que se pueden evitar con la ayuda de la comunidad: algunos vecinos vieron cómo el rostro de una niña se alcanzaba a asomar por una ventana. Durante horas escucharon un llanto que no cesaba, mientras caía un torrencial aguacero. La dramática escena provenía de una vivienda de dos plantas del barrio Jaboque, en la localidad de Engativá. “Rompimos los vidrios de la puerta. Encontramos a dos bebés, de uno y dos años, en total abandono, sucias”, dijo el mayor Rodrigo Mancera Moreno, jefe de Infancia y Adolescencia de la Policía Metropolitana de Bogotá. Completaban un día sin nadie a cargo, pidiendo auxilio con su escaso vocabulario, sin comer.
Su madre apareció horas después. “Dijo que no tenía dinero para contratar una persona que las cuidara y que por eso las dejaba encerradas”. Según Mancera, la Policía atiende entre cuatro y cinco casos como estos cada semana. “Por lo general, estos niños nunca regresan a sus núcleos familiares porque sus padres ni siquiera se preocupan por rescatarlos”.
Pero no solo se le llama abandono a quien deja a sus hijos en un lugar desolado o en su propia vivienda y se va. Según el Instituto Colombiano de Bienestar (ICBF), el abandono es una forma de maltrato infantil que ocurre cuando los padres o representantes legales de un niño dejan de darle todo el amor, el cuidado y la protección que necesitan, y dejan de suplir sus necesidades básicas. Es decir, el abandono también puede ser físico, emocional o psicoactivo. Para la ley todas son injustificables.
Es recurrente que quienes incurren en estas prácticas sean personas que experimentaron conflictos con su maternidad o paternidad, que se convirtieron en padres a una muy corta edad y no tienen las habilidades o la madurez suficiente para asumirlo.
En otros casos son personas que han vivido situaciones difíciles como el abandono mismo, carencias afectivas, violencia intrafamiliar, rechazo, enfermedades mentales o consumo de drogas y alcohol. También hay casos de personas que tienen fuertes presiones familiares o simplemente deciden emprender otro proyecto de vida.
Abandonar un hijo puede ser el peor error de la vida de un padre de familia o cuidador. El Código Penal Colombiano establece una sanción de 32 a 108 meses de prisión para quien abandone a un niño, niña o adolescente. “Si el abandono se comete en un lugar despoblado o solitario, la pena aumenta hasta en una tercera parte”, explicó Cristina Plazas, directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
Si usted advierte que existen menores en esta situación, ingrese a www.reddeproteccion.org y haga la denuncia. Con la información que nos suministre las autoridades podrán tomar la ruta para restablecer los derechos de estos menores. ¡Ellos nos necesitan!