Y ahora, “a vivir sabroso”.
Hoy Colombia le ha dado una lección de democracia al mundo, donde hemos demostrado que podemos cambiar de un régimen de derecha, a uno de izquierda, si necesidad de atentados o crímenes estatales, como sucedió en épocas recientes.
Los colombianos demostramos con lo sucedido el día de la posesión, que somos y seguiremos siendo un Estado totalmente democrático, y que aceptamos quien obtenga el derecho en las urnas, en este caso para ocupar el solio de Bolívar.
Debemos estar orgullosos de que nos aceptamos tal y como somos, y que no por el hecho de pensar de una u otra manera, no aceptemos a los demás.
Solo falta que los grupos armados al margen de la ley comprendan que vivir en la clandestinidad y bajo los auspicios del narcotráfico, no es la forma de vivir de nuestro pueblo, quienes han sido las víctimas y por ende el flagelo del desplazamiento forzado, no se puede seguir tolerando, que la violación de los DDHH sea el inicio de una historia que no queremos volver a repetir ni a seguir aceptando.
Esperemos que de ahora en adelante la muerte de los líderes sociales y la forma de vivir bajo el manto de la corrupción empiece a ser parte de la historia.
Gracias pueblo sufrido aguantador y fecundo por aceptar y exponer ante el mundo la arraigada democracia, que por momentos ha estado en Cuidados Intensivos, pero que hoy la reafirmamos y nos hemos aceptado tal y como somos.
Es un ejemplo al mundo actual, de lo cual esperamos que en cuatro años, los resultados sean menos nefastos que los recibidos hoy por el nuevo mandatario, a quien se le desea la mejor de las suertes en bien del pueblo que lo eligió, y si llegase a ser lo contrario, desde cualquier lugar del mundo también debe ser criticado y censurado en su momento.