Mucho se ha hablado acerca de él supuesto triunfo del expresidente Álvaro Uribe Vélez sobre las guerrillas de las Farc y el ELN durante sus mandatos, comentarios como "él fue el que acabó con la guerrilla" y "con él volvió la seguridad a este país" no son más que un reflejo del efecto manipulador que los medios han tenido sobre los colombianos, tanto en el momento en que el actual senador ocupaba el cargo presidencial como posteriormente y hasta el día de hoy.
Es curioso pensar en cómo los medios proclamaban duros golpes a las guerrillas y el retorno de un ambiente seguro en Colombia, mientras el país vivía una de las épocas más sanguinarias y violentas de toda su historia.
Con los paramilitares circulando libremente por los campos y las ciudades, masacrando e intimidando por doquier y nuestro "glorioso" ejército nacional asesinando civiles para vestirlos de terroristas, era nula la sensación de seguridad que se percibía en el ambiente, sin embargo los medios televisivos no paraban de transmitir y promocionar los grandes avances en materia militar y como el país iba a ser transformado con la demoledora victoria del estado sobre los grupos armados ilegales.
Hoy, años después de esa oscura y macabra época que aún deja rezagos y muertes de campesinos y líderes sociales, se puede afirmar con total certeza que la política militar y de "seguridad democrática" promocionada por el actual líder del Centro democrático fue un total fiasco y que a Álvaro Uribe Vélez le quedaron grande las guerrillas de este país.
Los falsos positivos son una muestra clara de la incapacidad de las fuerzas militares y paramilitares de dar de baja a guerrilleros auténticos, mientras los líderes de estas guerrillas seguían cometiendo actos terroristas y traficando estupefacientes, los medios de comunicación avisaban de un debilitamiento en dichas estructuras, un debilitamiento inexistente.
Así transcurrieron los años, hasta el mandato del presidente duque, el cual bajo la sombra de Uribe le ha quedado igual de grande enfrentar dichas guerrillas, a pesar de que los desertores del proceso de paz le han declarado la guerra de frente, los meses han pasado sin lograr nada en concreto, lo que demuestra una ineptitud igual o superior a la de su mentor.
Sea porque las necesitan como ficha para su política de guerra o porque en realidad no han podido enfrentarlas de una forma eficiente, hay que asumir que esos comentarios de que "Uribe acabó con la guerrilla" están tan mal fundamentados como aquellos que señalan con total convicción de que este individuo fue el mejor presidente de Colombia.
