El excanciller de las FARC Rodrigo Granda estuvo a punto de ser detenido en la noche del martes 19 de octubre mientras llegaba a México a participar en un Congreso. Granda ignoraba que sobre él pesaba una circular roja de interpol emitida por el gobierno paraguayo debido a la tortura, violación, secuestro y asesinato de Cecilia Cuevas, hija de expresidente Raúl Cuevas.
El gobierno de López Obrador decidió no ejecutar la orden de arresto y por eso no dejó entrar a su país a Granda y deportarlo a Colombia, salvándolo en último minuto de su arresto y, de paso, generar una crisis en los acuerdos que hubiera sido un golpe durísimo para el Proceso de Paz.