A Teresita Gómez Arteaga, la ningunearon por ser una niña negra que tenía habilidades que superaban a las de cualquier persona blanca de su entorno. La rechazaron, porque los padres de sus compañeritos de colegio no querían que sus hijos estuvieran con la estudiante becada. No toleraban que la hija adoptiva de una pareja de porteros del Palacio de Bellas Artes de Medellín, hubiera aprendido a tocar piano a escondidas.
Años más tarde, también la persiguieron en el gobierno del expresidente Julio César Turbay, por ser la esposa de Fernando Jaramillo, el fundador de la orquesta Los Tupamaros.
En realidad, a María Teresa la detuvieron porque los detectives confundieron el nombre de la banda de los intérpretes de “Te necesito” o “Todo el mundo necesita un beso”, con el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros, la reconocida guerrilla a la que perteneció el expresidente José ‘Pepe’ Mujica.
La capturaron un día que iba caminando por la calle con su esposo Fernando, los acusaron a ambos de formar parte del M-19 y de un participar en un robo de armas, haber llegado hacía poco tiempo de Cuba tampoco ayudó a su presunción de inocencia. Así que a Teresa la llevaron a una estación de policía ilegal y la tuvieron encerrada por un mes.
La pianista Teresita Gómez fue quien interpreto el piano en la posesión de Petro. Durante el gobierno de Turbay la pianista fue acusada de pertenecer al M19 y detenida en una celda de la 4ta Brigada. El argumento fue que acababa de llegar de Cuba, de tocar junto a Pablo Milanés. pic.twitter.com/vBgCmms602
— Neotrópico (@neotropico) August 8, 2022
Teresa Gómez, o Teresita Gómez, como suelen referirla, sí ha sido una mujer de izquierda. Entre otras razones, porque este fue el grupo estudiantil que la acogió cuando llegó a la universidad y con ellos fue que conoció al primer gran amor de su vida, el flautista Jaime Moreno.
Pero ella no pertenece a la parte combativa, sino a la de los artistas que sanan las heridas con música.
Muchos la conocimos el día en que tuvo que alargar su presentación en la posesión del presidente Gustavo Petro, por la decisión de última hora del mandatario de frenar todo para que le fueran a buscar la Espada de Bolívar. Complemento simbólico para la transmisión de mando que el anterior gobierno no habría querido prestar.
Algunos medios reseñaron la hazaña y la aplaudieron por llenar la primera de las ausencias que se le acusarían al gobierno Petro.
Así fue como pocos se preocuparon por su historia, que habría ayudado a entender la enorme importancia de que ese día fuera la mujer más importante de la posesión presidencial.
La familia de Teresita Gómez
Apenas era una bebé, cuando los esposos Valerio Sánchez y Teresa Arteaga la adoptaron y la llevaron a su casa. Vivían en el Palacio de Bellas Artes de Medellín, donde trabajaban como porteros; la conexión de la chiquita con el arte fue inmediata. Además, su padre biológico era pianista, pero pasarán años antes de que ella pudiera descubrirlo.
Teresita Gómez pasaba horas mirando el instrumento y un día, con tres años de edad, fue a decirles a sus padres que quería ser pianista.
Así que pasó su niñez tocando a escondidas el piano del Palacio de Bellas Artes y su padre la acompañaba mientras ella sin ningún tipo de experiencia intentaba adivinar cómo diablos se toca un piano. Un día fue pillada por una profesora que les daba clases a los niños pudientes que asistían por las tardes al lugar.
Para ese momento, el talento de Teresita Gómez era tan impresionante, que la maestra comenzó a acompañarla en sus tocadas nocturnas. “Esa fue la primera gran victoria de muchas”, contextualiza la periodista Noor Mahtani, en una entrevista que le hace a la artista, para El País.
Al poco tiempo, la profesora se dio cuenta que no tenía sentido esconderla y tenía que recibir clases con los demás niños. Muchos padres se enojaron, porque el piano era un instrumento tocado por personas de alcurnia, ¿cómo iba a tener una niña negra semejante honor? Los niños constantemente le recordaban su color de piel.
Entonces ella iba al piano, tocaba y cantaba frases como “Morenita soy, señora. Yo no niego mi color. Y entre rosas y azucenas, lo moreno es lo mejor”.
Amaba tocar obras de Chopin, toda la vida ha sentido una conexión muy especial con él.
Toda la vida en un libro
Con el fin de escribir el libro Teresita Gómez: Música, toda una vida, Beatriz Helena Robledo pasó cinco años estudiando a la artista y compartiendo con ella.
Para la autora, que también ha escrito una biografía de Policarpa Salavarrieta, una de Rafael Pombo y más de veinte libros de no ficción, esta investigación fue como hacer un doctorado en música, antirracismo, budismo.
Teresita descubrió el budismo en uno de los momentos más difíciles de su vida, cuando a los 19 años tuvo que dejar temporalmente la música, para cuidar a su hija, Entonces se enamoró de la filosofía oriental y la meditación a través de un libro de un escritor llamado Paramahansa Yogananda. Sus enseñanzas la han acompañado hasta la actualidad.
Teresita Gómez además de ser una estudiante destacada, que se graduó de la Universidad Nacional como pianista y concertista con honores, fue agregada cultural en la embajada de Alemania y ha sido una de las profesoras de piano más destacadas de Colombia.
Entonces tenía 50 y fue necesario hacerle una delicada operación para corregirle el síndrome del túnel carpiano que tenía en las manos. Si la operación salía mal, habría significado volver a comenzar o incluso la posibilidad de jamás volver a tocar un piano. La recuperación fue lenta y dolorosa, pero por fortuna, nada de eso ocurrió.
Los años siguientes fueron los que realmente la consagraron como una de las intérpretes más famosas del país. Se la reconoce por haber logrado que la música clásica colombiana (bambucos, pasillos, etcétera) estuviera al nivel de las interpretaciones que a menudo son relacionadas con los típicos conciertos de piano.
En la actualidad acumula múltiples condecoraciones (la Cruz de Boyacá, el premio Juan del Corral de la Gobernación de Antioquia, un reconocimiento por trayectoria de la Universidad de Antioquia), ha tocado en diferentes partes del mundo y grabó varios discos.
Quienes la conocen, dicen que baila desde salsa hasta tango… o una canción de Johann Sebastian Bach, quien considera una de sus mayores inspiraciones.
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