“ZIDRE: Zonas de Interés de Desarrollo Rural y Económico. Por el cual se crean y desarrollan zonas de interés de desarrollo rural y económico, y se adiciona el artículo 52 y se interpreta el artículo 72 de la ley 160 del 94” [1]
La ingenuidad del campesino, la modorra de quienes aparentan ayudar a las organizaciones, y las mentiras del gobierno al promover leyes, proyectos, decretos y acciones, como la ley 592 de 2014, lesionan los intereses del pequeño propietario campesino, de las organizaciones agrícolas y al pequeño industrial, y a quienes necesitan un pedazo de suelo para desarrollar el sustento de la familia.
Gran parte de más de once millones de habitantes rurales sin tierra están convencidos que los jefes de estado les adjudicarán suelos baldíos como tenía estipulado el gobierno, lo cual nunca se llevará a cabo, después que se haga la reforma al artículo 72 de la ley 160/94. Pero hay que tener en cuenta que los beneficios de las leyes sólo sirven a quienes manejan el negocio de la tierra y a distintos sectores económicos del país.
La modificación a la Ley 160 de 1994, pronostica un mayor desarraigo social en un corto plazo y a la vista de todo el pueblo colombiano. Se trata del proyecto de ley que el gobierno radicó el pasado tres de octubre en la secretaría de la cámara, con el que se pretende modificar el artículo 72 de la ley 160 del 94 sobre las Unidades Agrícolas Familiares (UAF). (Autoría de José Antonio Ocampo, entonces ministro de agricultura del gobierno César Gaviria) hoy presidente de Misión Rural.
Entrando al tema, Las ZIDRE permite que baldíos de la nación sean tomados con ciertos requisitos en arrendamiento, por portentosos negociantes del campo, quienes podrán unirse a campesinos organizados y propietarios o no de tierra, como también, acceder a posesiones de tierra sin producir, lo que conlleva a extinción de dominio para las personas dueñas de los suelos. La ley promueve una asociación conjunta entre el campesino y grandes inversionistas del campo, fomentando alianzas productivas, bien sea en regiones apartadas de grandes centros urbanos como la altillanura y la Orinoquia, o donde haya agricultores organizados, que quieran que llegue a sus tierras financiación nacional o extranjera.
El negociante trae capital de trabajo [2] quedando como socio mayoritario en la conducción de estos grandes cultivos, creados a partir del asocio de campesinos propietarios, organizados con o sin tierra. Lo que deja entrever el proyecto, no es más que la entrega de la soberanía nacional, en este caso los baldíos y las tierras de pequeños campesinos agricultores y organizados. Siempre se habían destinado los baldíos de la nación como fuente de tierra para familias que carecían de la misma y con esta reforma al artículo 72 de la ley 164/94 tendrán otra destinación con la modificación del artículo 72 de la ley que protegía al campesino sin tierra, aboliendo las Unidades Agrícolas Familiares que eran talanquera por la cual los grandes emporios agrícolas no podían ampliar el horizonte productivo, los cuales promueven monocultivos de sorgo, maíz, palma, caucho, caña de azúcar, etcétera, y lo más triste, para exportar a sus países de origen.
El modelo se parece al programa implementado por Darío Lizarralde en el Magdalena para los pequeños propietarios de palma. El nuevo proyecto sugiere que los campesinos propietarios organizados, prestan sus tierras quedando bajo la tutela de grandes empresarios, para fomentar productividad, empleo y un mejor bienestar en el campo y restructuración de las tierras. Para hacer realidad el proyecto productivo, los empresarios deben tener capacidad para hacer entrega de créditos bancarios a los campesinos, asistencia técnica, capacitación, sistemas que garanticen la comercialización de los productos, y para adquirir tierras por parte de los campesinos. Este proyecto puede ser un engaño al campesino auspiciado por el gobierno neoliberal del Dr. Santos.
El modelo Lizarralde se dio con engaños a los pequeños empresarios de palma del Magdalena Medio buscando que se unificaran bajo los argumentos de Darío Lizarralde como gerente de Indupalma para ampliar la frontera palmera. Les hacía entrega de créditos financieros, asistencia técnica calificada, maquinaria y todo un capital de trabajo para que superaran metas, pero tenían que hipotecar las tierras a Indupalma y sobre ellas costearse los gastos; cuando era el momento de la comercialización, o en su defecto algún síntoma enfermizo del cultivo, los agricultores corrían con todos los gastos, mientras Indupalma en cabeza de Lizarralde cobraba por derecha sus servicios trasladando los errores de producción a los campesinos[3]
Nota: Cuando el gobierno dice que está cumpliendo con el mandato de la FAO, es una incongruencia total; lo que expresa el organismo sobre la cuestión alimentaria y la organización de los campesinos pobres, está dirigido a los gobiernos para que con recursos estatales promuevan la agricultura y el desarrollo nacional. Nunca estipula que por medio de terceros se tenga seguridad alimentaria y menos que se apoderen de la tierra.
¿Se parece el actual ZIDREs, al modelo Lizarralde?
Referencias.
[1] Gaceta 592/14
[2]Capital de trabajo: Recursos que la empresa necesita para entrar a operar, es decir el activo corriente. -Efectivo, inversiones a corto plazo, maquinaria y equipo, insumos, mano de obra, reposición de activos etcétera-
[3] Ver video Indupalma: La otra cara del proyecto de Indupalma en Magdalena Medio. Sept 22/2013. Noticias Uno la red independiente. –El colombiano. Cuestionan a Minagricultura por “negocio gana – gana” con el sector palmero. Sept 15/13