Con tenacidad y recursos propios el ingeniero constructor Rodolfo Hernández logró la alcaldía de Bucaramanga derrotando a la hegemonía liberal de décadas. Desde Enero, el periodista santandereano Manolo Azuero dejó atrás su espacio de opinión en La Silla Vacía y Vanguardia para acompañar al nuevo alcalde como jefe de gabinete y en estos seis meses se convirtió en su mano derecha: Hernández no mueve un papel sin consultarle y por su oficina pasan los contratos para ser revisados con anticipación. Es el poder en la sombra en Bucaramanga. La importancia de Azuero en el esquema de gobierno de Hernández, ha llevado el alcalde a buscar caminos burocráticos para poder tenerlo cerca. Inicialmente ingresó con el cargo de profesional universitario pero el 24 de junio mediante decreto 080 se modificó el manual de funciones y competencias laborales para algunos cargos de planta, con lo cual Azuero quedó habilitado para poder asumir el rol de asesor del despacho con su corta experiencia de seis meses en la administración municipal. En efecto el 26 de julio fue nombrado asesor grado 22 con un incremento salarial de un 59.19% con lo cual Azuero puede trabajar más cómodamente y con un poder real.