Todavía es muy difícil conocer la fecha para que la humanidad entre en su totalidad a la post-pandemia del Covid-19; pero si nada extraordinario ocurre, el 3 de noviembre serán las elecciones presidenciales en EE.UU, en donde el presidente Donald Trump buscará la reelección enfrentándose al rival demócrata Joe Biden, siendo esas justas determinantes en la vida de los norteamericanos y de las naciones; por lo que no es difícil vaticinar que el tema del Coronavirus será el primerísimo de campaña que utilizará en especial el presidente Trump en contra del régimen chino; opacando el tema del racismo que por estos días está en efervescencia con las protestas violentas por el asesinato del ciudadano negro, George Floyd el pasado 25 de mayo en Mineápolis por parte de un policía blanco. Destacándose además, que el resultado de esas elecciones tendrá una alta repercusión para Colombia.
También hemos visto que en nuestro país, ya se están en la baraja varias opciones presidenciales con miras al 2022, como: Rafael Nieto Loaiza, María Fernanda Cabal, Alex Char, Federico Gutiérrez, Abelardo De La Espriella, Paola Holguín, Paloma Valencia, Rubén Darío Lizarralde y Luis Alfonso García, desde luego nos imaginamos que surgirán otras precandidaturas como la del actual Procurador Fernando Carrillo.
Y dentro de lo que llaman izquierda con sus diferentes presentaciones, indudablemente que serán candidatos Sergio Fajardo y Gustavo Petro, a los que hay que agregarle la del senador Jorge Enrique Robledo, que como se dice en términos futboleros de pronto será un jugador solo del primer tiempo. Sin embargo, no se descarta que surjan nuevos espontáneos que buscarán calar en la decisión que tomen los colombianos en mayo y tal vez en junio de 2020.
No obstante, todavía faltan dos años para las presidenciales, ya se puede presagiar que el coronavirus tendrá demasiado que ver con esas elecciones, a causa de que para esa época se verán las consecuencias de la pandemia con mucha más notoriedad, por la cantidad de infectados y muertos, a lo que hay que agregarle el aumento de la pobreza, la caída en el PIB, el desempleo y las diferentes calamidades que acarrea.
En agosto de 2017, publicamos una columna titulada: “Venezuela tema obligatorio en próximas elecciones” y a fe que no nos equivocamos, porque si algo determinó el triunfo del presidente Iván Duque, fue la crisis humanitaria del país vecino, puesto que el candidato Gustavo Petro no se deslindó del régimen de Nicolas Maduro, por su relación entrañable e histórica con el chavismo; lo que indiscutiblemente fue determinante en el triunfo del candidato del Centro Democrático.
La tal “Ñeñepolitica” no significó nada en las elecciones de 2018, como pretenden hacerlo creer sectores de la denominada izquierda, en razón de que el triunfo del actual presidente se dio por la situación de Venezuela y su inmenso número de refugiados que hay en el territorio nacional, lo que volcó el voto de opinión a favor del candidato que estaba opuesto al régimen venezolano, para que nuestro país no cayera en las fauces del socialismo del siglo XXl.
Así que los candidatos que son señalados de derecha, deben mostrar desde ahora, sus motivos ideológicos opuestos al totalitarismo marxista, que unas veces abiertamente y otras con antifaz, pretende engañar al electorado con ese manoseado discurso para tramar a las masas empobrecidas, pero que su fin es un camino de frustración, ignorancia y miseria, que son inmanentes a la vejación de los pueblos.
Como lo he dicho en varias ocasiones, el partido comunista chino es el responsable de las desgracias que le ha causado y le causará la Covid-19 a la humanidad, luego el futuro de Colombia indefectiblemente estará ligado a esa pandemia en los próximos años, de manera que los precandidatos presidenciales democráticos, en primer lugar deben buscar la unidad para la campaña electoral con un carta ganadora, que sea la antítesis de las fuerzas totalitarias izquierdistas; porque no se pueden olvidar “Las Afinidades Electivas” parafraseando la novela del alemán Goethe, que hay entre sectores que se hacen llamar “progresistas” con el partido comunista chino, dado que ideológicamente admiran los esquemas burocráticos y represivos de la nomenclatura del país asiático, de manera que el pueblo colombiano ante las acechanzas totalitarias, tendrá que abrir los ojos muy bien, orientado por la vocería de la democracia.