La suerte de Mauricio Lizcano estaría echada y sus días al mando de la Dirección del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre) estarían contados. El Presidente se la jugaría más por una figura conocida en su historia política antes que volver a hacer apuestas con recién conocidos en un puesto tan clave para su administración.
Muy posiblemente, llegaría al Dapre, Carlos Ramón González, compañero de guerrilla en el M-19 y presidente del Partido Verde, quien lo apoyó irrestrictamente en la campaña y propició la llegada de buena parte del Partido a sus toldos.
Sin embargo, hasta el momento, Lizcano no ha dado señales de la ruta que tomará, si bien tomaría el camino de regresar a la política en el Eje Cafetero o asumir otra responsabilidad en el gabinete del presidente Gustavo Petro.
A juzgar por la docena de hojas de vida que están publicadas en la página de la Presidencia, lo que sí hay es una cola de nombramientos de asesores y profesionales de diferentes grados que dejaría Lizcano acomodados en el Dapre.
Solo en abril, aparecen en la fila para firmar contratos, 6 asesores, 5 profesionales y Daniela Torres Valencia, quien sería la Jefe de la Oficina de Relacionamiento con el Ciudadano del Dapre, entidad que tiene línea directa con el presidente Petro y maneja desde allí, cientos de contratos.
Se sabe que a Lizcano le gusta rodearse de conocidos e interviene en los nombramientos de otros colegas, ya que tiene el poder de la firma como cabeza administrativa, una facultad que no ha dejado de ejercer desde que llegó el pasado 7 de agosto.
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