Y bueno, quién no sueña con un país ideal, una familia ideal, el trabajo ideal, la pareja ideal, un mundo y una sociedad, ideal.
Pero, veamos un significado simple de idealismo: “Que propende a representarse las cosas de una manera ideal”.
¿Por qué puede parecernos que las cosas de una manera ideal son utopías? Como que, no se ajustan a la realidad y por esto, nos parecen irrealizables, pero, existe algo en el comportamiento social, y es que le tiene terror a los cambios, ajustando el adagio popular que reza: “Más vale malo conocido, que bueno por conocer”.
Y es exactamente en este punto que, quienes no son idealistas, sino que han vivido y aprendido a vivir del cálculo de sus intereses, a ultranza de los idealismos, rasando el suelo de su realidad que protegen, terminan por formar clanes, que se odian entre sí, que son capaces de arrojar a la rapiña pública las miserias del contendor, dueños de la gran prensa; pero que, están en perfecta línea cuando de sus intereses en común se trata, para proteger sus imperios. Aún, tengan que sentarse a manteles y compartir el botín.
Petro, un pensador desde su juventud. Aún, le quepa el país en la cabeza, me atrevería a opinar, que resulta un idealismo, tratar de resurgir de las cenizas de la horrible noche, como guiando ebrios dando tumbos, una zoociedad que prefiere las cebollas de la esclavitud, al sueño de libertad, que proporciona la honorabilidad. Porque, se acostumbró a brincarse la ley y al soborno, desde lo más ingenuo, como intentar saltarse una fila. Es decir, un acto de corrupción o anarquía, es visto como valentía y audacia.
El espectáculo que nos están brindando los Caciques de la Realeza Criolla, los que convirtieron la Salud de los Colombianos en un lucrativo negocio; quienes, permitieron el desangre de los dineros públicos a costa del calvario de pacientes convertidos en clientes por obvias razones, ampliaron la cobertura en más de un 93%, y ampliando la demanda, les representó unas jugosas ganancias en recobros al estado con las que levantaron imperios; de espaldas a un camino tapizado de derechos de petición, paseos de la muerte, interminables filas, congestión, negación de servicios y tutelas.
Gaviria 1990-1994, un anquilosado traidor de las banderas del inmolado Galán, creador de las EPS, y su archienemigo, su ponente y defensor en los estrados del Congreso...
Solo hasta ahora, después de 33 años, tienen las perfectas soluciones a todo este circo de corrupción.
Y… si tumban la reforma.