A Otto Bula lo recuerdan en Córdoba por una característica: su don de gentes. A ‘Otico’, como le decían cariñosamente sus allegados, lo definen como un hombre muy sociable que saludaba desde el trabajador de su finca, hasta a los poderosos del departamento. Se codeaba con congresistas, empresarios y ganaderos, que desde su detención el sábado pasado por el caso Odebrecht, niegan cualquier relación con él.
El exsenador de 49 años proviene de familia ganadera. Si bien es cierto que heredó las tierras y los negocios de su padre, el fallecido Otto Bula Díaz, en los últimos años llamó la atención su incremento patrimonial. Desde mediados de la década pasada comenzó a comprar propiedades en Medellín, Barranquilla, Cartagena y distintos terrenos en Córdoba. Casas, apartamentos, lotes, fincas y carros que nadie se explicaba de dónde salían. Era la danza de los millones. En tan solo diez años su riqueza se multiplicó como ninguna otra en el departamento. Las habladurías empezaron.
El pasado 14 de enero Otto Bula fue detenido en un restaurante al norte de Bogotá. La fiscalía lo acusa de haber recibido sobornos por 4.6 millones de dólares por parte de la empresa brasilera Odebrecht. Según la fiscalía la cifra habría sido para que Bula sirviera de lobista para la constructora y consiguiera la adjudicación del tramo entre Ocaña y Gamarra de la Ruta del Sol. La acusación parte de las declaraciones de Eleuberto Martorelli, presidente de Odebrecht en Colombia, que se ha convertido en el ventilador del caso tras negociar un principio de oportunidad con la fiscalía.
Quienes los conocieron piensan que sus habilidades sociales fueron cruciales para insertarse en los ámbitos del poder, entre políticos y empresarios. Se sabe públicamente que la relación directa de Bula con la política empezó hace casi veinte años cuando conoció a Mario Uribe en los años 90. El ganadero fue pieza clave para que Uribe se consolidara en Córdoba. Así, llegó al congreso en 1998 como suplente de éste. Ahí estuvo hasta 2002. Aunque ha negado cualquier negocio con el ex senador condenado por parapolítica, hay acusaciones, como la del narcotraficante Juan Carlos “Tuso” Sierra, que desde una corte en Estados Unidos dijo que era testaferro de Mario Uribe.
En los años posteriores a su paso por el congreso Bula se dedicó a expandir sus terrenos. Hay señalamientos de que se dedicó a comprar terrenos a campesinos desplazados por los paramilitares a muy bajo costo en los Montes de María. El portal Verdad abierta publicó el caso de la familia Oliviera que asegura haber vendido en 2008 un terreno de 49 hectáreas a una empresa inmobiliaria de Otto Bula en 2008. El precio por hectárea fue de un millón de pesos. Actualmente una hectárea en la zona puede costar entre 5 y 12 millones de pesos.
Hasta su implicación en el caso de Odebrecht nunca existió una investigación formal contra Otto Bula, pese a los señalamientos que vienen desde 2010.
Bula es el segundo detenido por los millonarios sobornos de la empresa brasilera. El primero fue el ex viceministro de transporte Gabriel García. Según la fiscalía, Bula habría sido un intermediario entre Odebrecht y altos funcionarios del gobierno con suficiente poder para adjudicar contratos como el de la Ruta del Sol. Aún hay varios nombres que faltan por salir a la luz y se espera que Otto Bula se convierta en ficha clave para destapar los oscuros tentáculos de la multinacional brasilera en Colombia.
Mientras tanto en Montería y Sahagún sus conocidos siguen con gran tristeza los titulares de la prensa. En Córdoba hay gente que lamenta su captura. Quienes lo trataron en el pasado coinciden en que es una pena lo sucedido. No dudan en definirlo como “una buena persona que se dejó tentar por el mal camino”.
