Cuando la pandemia llegó al mundo entero fuimos sacudidos por un enemigo silencioso que hasta el momento sigue siendo extraño e incontrolable. Los países enteros se vieron intimidados y hasta detenidos ante la amenaza inminente de un virus que ni siquiera los más expertos en salud han logrado entender y detener.
Pero no podemos desconocer las medidas adoptadas por muchos países a causa de este virus, como fue: el descenso drástico de los desplazamientos en vehículos, la caída en la producción industrial, la interrupción de las inmensas concentraciones a las que estábamos acostumbrados, causaron que nuestro planeta pudiese dar un respiro, como tal vez nunca lo tuvo.
Es así que como consecuencia de los aislamientos prolongados veíamos cómo la naturaleza recuperaba el espacio perdido, la contaminación ambiental era reducida a niveles nunca antes vistos y los animales volvían a tomar posesión de lo que un día fue de ellos. Los medios de comunicación en Colombia nos ayudaron a evidenciar la aparición de animales silvestres ocupando las calles de algunos municipios, como fueron las zarigüeyas con sus crías, las comadrejas, los osos hormigueros, y ni hablar de los delfines en algunos lugares del Caribe colombiano, que nadaban en completa libertad sin que el hombre les hiciera daño.
Lastimosamente, a nuestra fauna colombiana se le terminó su cuartico de hora de libertad y esto como consecuencia de la maldad de algunos cuantos que a pesar de hacer promesas de cambio en tiempos de pandemia no cumplieron; es decir, la pandemia no les enseño nada.
Con tristeza, debemos seguir evidenciando actos de extrema crueldad en contra de los animales en todo el territorio nacional, tal es el caso ocurrido en Cartagena del hombre que lanzó un perro desde un sexto piso enfurecido por la derrota de Colombia ante Perú... ¿Qué tipo de ser humano es este que se ensaña contra un animal indefenso? ¿Dónde están las autoridades en Cartagena que hagan cumplir la ley en contra del maltrato animal y no dejen en la impunidad tal hecho de extrema crueldad?
Por otra parte, no podemos dejar de mencionar cómo meses atrás se presentó el caso de dos cóndores de los Andes, los cuales perdieron la vida a causa del envenenamiento al que fueron sometidos por el hombre. No podemos olvidarnos que esta ave emblemática engalana el escudo de Colombia, y es una especie que está en vía de extinción en el país.
Y ni hablar de aquellos animales que siguen siendo objeto de tráfico ilegal, que son privados de su libertad, que son desarraigados de su hábitat, los cuales muchos de ellos nunca volverán a su lugar de origen, por el daño tan grande que el hombre le ha hecho.
Se haría extensa esta reflexión tratando de mencionar los casos que a diario se presentan en el país a causa de la insensibilidad y la crueldad a la que el ser humano puede llegar. Es así que apelamos a la sensibilidad de la ciudadana para que proteja los animales y al mismo tiempo, hacemos un llamado a las autoridades competentes en todo el territorio nacional para que intensifiquen de manera urgente las campañas de sensibilización con el fin de prevenir todo acto de maltrato y tráfico ilegal contra los animales.
¿Hasta cuándo el ser humano sin conciencia seguirá haciendo de las suyas?, ¿maltratando a estos seres indefensos? No hemos podido darnos cuenta de que al seguir con estas prácticas reiterativas de destrucción acabaremos con los ecosistemas siendo el hombre este último en desaparecer. No podemos olvidarnos de que el planeta habló y volverá a hacerlo una vez más si es necesario.